Estudiando
8.Nitzavim
El Libro de Devarim (Deuteronomio)
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Estudiando tres pesukim (versículos)

Nitzavim XXX, 1
1 – Y SUCEDERA CUANDO HUBIEREN VENIDO SOBRE TI TODAS ESTAS PALABRAS, LA BENDICION Y LA MALDICION, QUE ACABO DE PONER DELANTE DE TI, Y LAS REFLEXIONARES EN TU CORAZON ENTRE TODAS LAS NACIONES, ADONDE TE HUBIERE ARROJADO ADONAI, TU DIOS;

1 – Y SUCEDERA CUANDO HUBIEREN VENIDO SOBRE TI TODAS ESTAS PALABRAS. Najmánides comienza sus observaciones sobre este capítulo diciendo: «Ya he mencionado que este capítulo se refiere al futuro; pues su contenido no se ha dado todavía, pero llegará en el futuro».
El Zóhar también dice que Israel no ha podido cumplir con esta (Teshuváh) colectiva e individual hasta aquí, al darse las consecuencias del arrepentimiento, que se hacen notar, pero que no se han realizado todavía: «Dios volverá con los cautivos, tendrá piedad de ti y te recogerá nuevamente de todos los pueblos entre los que te ha dispersado «. Se sabe que los dolores de la llegada del Mesías son comparables a los dolores del alumbramiento. Ahora bien, los dolores del parto ocurren al cumplirse el noveno mes. Pero sucede con frecuencia que una mujer no experimenta los dolores sino un sólo día, al comienzo del noveno mes. Lo mismo sucederá para el advenimiento del Mesías: incluso si Israel no los experimenta, sino un sólo día después de haber comenzado a sufrir las pruebas del exilio, es como si le hubieran sido infligidas durante todo el exilio.

Najmánides y Rabí Bajyéh subrayan además la sentencia del Rabí Yoséf, según la cual el Mesías no vendrá sino cuando ya no queden más almas en el Guf (el espacio donde se encuentran las almas de las personas que todavía no han sido creadas. Avodáh Zaráh 5a). (Ver además las explicaciones de Rabí S. Edels sobre Niddáh 13b). Estas almas provienen de la multiplicidad de posibilidades de sus encarnaciones, creadas después de las diez Sefirót y de innumerables vínculos que intervienen entre las Sefirót. El Mesías no podrá venir sino cuando el Guf esté vacío de este potencial de almas que, después de su reencarnación, serán purificadas y admitidas ante del Eterno.


Nitzavim XXX, 4
4 – AUN CUANDO TUS DESTERRADOS ESTUVIEREN EN EL EXTREMO DEL CIELO, DE ALLI TE REUNIRA ADONAI, TU DIOS, Y DE ALLI TE RECOGERA

4 – AUN CUANDO TUS DESTERRADOS ESTUVIEREN EN EL EXTREMO DEL CIELO. ¿Qué relación hay entre el deber de arrepentirse y la reunión de los exilados en la Era Mesiánica? Dos respuestas se han dado a esta pregunta, una de las cuales proviene del Talmúd, la otra es la respuesta de los cabalistas. La primera respuesta dice que el exilio ha sido infligido a Israel debido a sus pecados: (u-mipené jataénu galínu meartzénu) es lógico que el regreso al país de Israel se haga en el arrepentimiento colectivo e individual. ¿No está escrito en las profecías de Yeshayáh LIX, 20 al tratar sobre el Mesías: «Vendrá El como redentor de Tziyón y por los pecadores arrepentidos de Ya»akóv; tal es la promesa del Eterno?»

La respuesta de los cabalistas se encuentra principalmente en el Tania de Rabí Schneur Zalman de Lubávitch z. l.. El distingue, en entre lo que se llama (Teshuváh «Ilaáh), la (Teshuváh) sobre un plano superior, y (Teshuváh Tataáh), sobre un plano inferior. La primera se hace por el amor a Dios y con intensa alegría. La segunda se refiere al caso en el que un individuo se encuentra extraviado y cuyas ideas están dispersas debido al medio en que ha vivido: este hombre vive en el exilio de su pensamiento. El busca un hogar para su filosofía y no lo encuentra. En su búsqueda de refugio, Dios puede ayudarlo. El le indicará un punto de reunión o de concentración para su pensamiento y lo traerá de esta manera al hogar nacional de Israel. Es por esto que el versículo se explica en singular y en estos términos: «Aún cuando tus desterrados estuvieron en el extremo del cielo, de allí te reunirá Adonái, tu Dios, y de allí te recogerá «.


Nitzavim XXX, 14
14 – SINO QUE LA PALABRA ESTA MUY CERCA DE TI, EN TU BOCA Y EN TU CORAZON, PARA QUE LA PONGAS POR OBRA.

14 – SINO QUE LA PALABRA ESTA MUY CERCA DE TI. Rabí Shemuel Ben Rabí Najmán estableció la comparación con una princesa que nadie conocía, una joven princesa. El rey tenía un amigo que venía a visitarle todo el tiempo y su hija estaba presente. El rey le dice a su amigo: «Fíjate hasta dónde te aprecio: nadie conoce a mi hija y ella está aquí presente». Asimismo le dice el Eterno a los hijos de Israel.- «Mirad cuanto os estimo: nadie conoce Mi Toráh y Yo os la doy a vosotros… Si ella permanece muy cerca de vosotros, también Yo lo estoy. Yo os llamaré Mis familiares próximos». Porque está escrito: «a los hijos de Israel, Sus parientes próximos, (livné Yisraél «am kerovó)» Salm. CXLVIII,14)

El Profeta Elías relata que en cierta ocasión había encontrado a un cazador. Este le dijo que no había estudiado la Toráh porque el Eterno no le había dado la inteligencia y el entendimiento. Habiéndose informado de su profesión, le hizo notar: «Para aprender la Toráh no hacen falta sino la boca y el corazón, como está escrito: (befija u-bilbajejá la»asotó.. en tu boca y en tu corazón está hacerlo)

EN TU BOCA Y EN TU CORAZON. Un hombre queda que el público aprovechara su obra después de su muerte. No siempre había trabajado por amor al Cielo (shelo lishmáh), tenía la intención de ser honrado y llamado Rabí. Escribió muchos libros y dejó numerosos discípulos. Ante él se encontraba un hombre que había trabajado con todas sus fuerzas por amor al Cielo pero sin lograr conseguir discípulos; tampoco había escrito libros. No dejó nada para el público después de su muerte. Sin embargo, es el segundo quien ganará a los ojos de Dios; porque esto que él ha querido ha sido hecho por amor al cielo: «.. el Eterno pide el corazón» (Sanh. 106b). Está dicho, en efecto «… en tu boca y en tu corazón» lo esencial es que la intención del corazón sea buena.

Los Sabios de la Gran Asamblea querían contar al Rey Shelomó entre aquellos que no tienen parte en el mundo futuro (porque sus mujeres le habían llevado hacia la idolatría al final de su vida), a pesar de las obras que él había dejado y de las medidas religiosas que había tomado (B.B. XIV,2). Ellos renunciaron al final, en razón del versículo de los Proverbios (XXII,29) que dice: «Mira a este hombre diligente en su trabajo: él podrá aparecer delante de los reyes en lugar de colocarse detrás de gentes ordinarias». Shelomó ha deseado de corazón erigir la casa de Dios antes que la suya. El la termina en siete años, mientras que la suya dura trece años.

EN TU BOCA Y EN TU CORAZON, PARA QUE LA PONGAS POR OBRA. Los autores cabalistas han concluido de este versículo que cada Mitzváh debe ser cumplida con el pensamiento de su significación, con la palabra que corresponde a su sentido y finalmente con la acción. Rabí Tzeví Elimélej Shapiro de Dunaburg ha analizado en su Sefer Derej Pikudeja el valor de cada Mitzváh de acuerdo con su contenido en pensamientos, en palabras y en obras. Pero Rabí Bajyéh no comparte esta concepción en el Sefer Kad Hakemaj; afirma que las Mitzvót difieren unas de otras; algunas han de cumplirse con el pensamiento (por ejemplo el Monoteísmo), otras por la palabra (por ejemplo la plegaria), y otras finalmente por la acción (por ejemplo los sacrificios).

Las Mitzvót son tanto más elevadas cuando se desprenden de la acción puramente material y se encarnan en la palabra, ya que conciernen al espíritu humano en particular; es decir, al pensamiento. (Ver Rabí Bajyéh, ed. Cheval). Para aquellos que consideran este pasaje de la Toráh como relacionada con la Mitzváh del arrepentimiento, Rabí Abrahám Sebá da, en su Sefer Tzror Hamor, el ejemplo del Rey David, quien en el Salmo L,1 hace penitencia después de sus relaciones con Betsabé, de acuerdo con las tres condiciones: de la confesión hablada, del remordimiento en su corazón y de la reparación del acto.

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