Estudiando los Comentarios I
Primer comentario (Enseñanza semanal de Jabad Lubavitch, www.jabad.org.ar)
Segundo comentario (Joveret Rab Dines,)
Tercer comentario (Ajdut – Rab Oppenheimer, www.ajdut.com.ar)
Cuarto comentario (Rab Moshe Hoffer)
Primer comentario – «La particularidad del judío»
Nuestros sabios nos cuentan que Abraham Avinu, nuestro patriarca, ya a los tres años «reconoció a su Creador». Se dedicó a difundir la fe en un único Creador del mundo. También fue arrojado a un horno lleno de brasas encendidas, por su fidelidad a sus creencias. Sin embargo cuando la Torá nos habla de Abraham, nuestro patriarca, por primera vez, pasa por alto todo este párrafo tan importante de su vida y comienza a relatar a partir de la orden divina de «Vete de tu tierra». No sólo que la Torá no ve necesario describir su historia previa, sin siquiera resumirla en pocas palabras, sino incluso, en el final de la Parshá anterior (Noaj), al nombrar la familia de Teraj, nombra a Abraham como uno de sus hijos, sin ninguna mención en mérito propio!
Omisión intencionada
En realidad la Torá desea marcar un concepto central de la relación especial del pueblo judío con Di-s. Al omitir la Torá los logros y virtudes previas de la vida de Abraham, nos demuestra que sólo a partir de este punto comienza la existencia de Am Israel. Hasta entonces Abraham era como un ser humano, que gracias a su intelecto y desarrollo logró reconocer a Di-s. Este tipo de conexión con Hashem, por más sublime que sea, es limitada, ya que depende de la condición humana. Inclusive la entrega total hacia un ideal que mana de consideraciones racionales es también una entrega condicionada.
Relación a partir de lo Divino
La relación central del judío con Di-s no está basada en un reconocimiento racional y de las propias virtudes. Es un nivel de relación que el ser humano no puede alcanzar por sus propios medios, sino porque Hashem eligió al Pueblo de Israel para que sea Su pueblo. Es por ello que el primer vínculo entre Hashem y Di-s mencionado en la Torá comienza con: «Y habló Di-s con Abraham». Es un vínculo que comienza a partir de la Divinidad. Es un nivel al que ningún hombre puede acceder con su propia fuerza y capacidad. Este vínculo se refleja en el primer mandato a Abraham que registra la Torá, cuando Di-s le ordenó «Vete de tu tierra», le dijo: «Abandona todo lo que fuiste hasta hoy y avanza hacia un nivel incomparablemente superior». Por medio del mandato, el Todopoderoso transformó la condición de Abraham de ser humano que se desarrolla espiritualmente y lo convirtió en iehudí, es decir un ser conectado por elección de Di-s.
No hay que esperar
Es obligación de cada judío realizar una introspección. Ser consciente de esta relación que comenzó con «Lej Lejá» y que recae sobre cada uno de nosotros, sin diferencia de edad, posición social o sexo. Es la alianza con Hashem que va más allá de nuestra razón y entendimiento. Por ello cuando encontramos a un iehudí que hasta ahora no tenía ningún contacto con el judaísmo, no necesitamos esperar hasta que comprenda y estudie sobre la importancia de la Torá y las Mitzvot para que actúe como judío y cumpla los Mandatos Divinos, ya que en realidad su lazo con Di-s existe en forma intrínseca a partir de la elección de Di-s. Además, por medio del cumplimiento de la Voluntad Suprema, las Mitzvot, llegará también al reconocimiento y comprensión de este lazo singular.
Likutei Sijot, tomo 25, Pág. 47.
Segundo comentario – Un pueblo grande
«Y hare de ti un pueblo grande, y te bendecire, y engrandecere tu nombre, y seras bendicion» Genesis XII-2
Sobre el versiculo de referencia, hay una sentencia que dice: «Un hombre grande entre los gigantes fue Abraham, nuestro patriarca, su comida y bebida equivalia a lo que comen y beben setenta y cuatro personas». (Sofrim XXI). Rabi Eliya-hu, el Gaon de Vilna de b.m. explica esta sentencia diciendo: «Esta escrito, cuando el pueblo de Israel estuvo al pie del monte Sinai: » «Y subio Moises con Aaron, Nadav y Abihu, y setenta de los Ancianos de Israel… y vislumbraron la Gloria de D-os, y comieron y bebieron», (Exodo XXIV-911 l), » Las personas que subieron al monte fueron setenta y cuatro. Estas personas percibieron la Gloria de D-os a un nivel muy elevado.
A ese nivel superior de percepcion, la Tora lo define con terminos fisicos como lo es el comer y el beber. A eso se refieren nuestros sabios de bendita memoria. cuando dicen que la comida y bebida de Abraham, nuestro patriarca, equivalia a lo que comen y beben setenta y cuatro personas. El nivel de percepcion de la Gloria de D-os por parte de Abraham era de tal magnitud, que equivalia al nivel de percepcion de Moises, Aaron, Nadav y Abihu, conjuntamente con los setenta Sabios, los Ancianos de Israel». Conforme al Gaon de Vilna, percibir la Gloria de D-os es una necesidad vital para el alma, como lo es la comida y la bebida para el cuerpo. Lo que puede variar en cada persona, es el tiempo de percepcion y su calidad. Y del mismo modo como los alimentos nutren al cuerpo, conforme a la cantidad y a su calidad, la percepciones de la Gloria de D-os nutren al alma, conforme al tiempo y a su calidad. Y del mismo modo, como la comida para ser asimilada por el cuerpo, previamente debe ser digerida, la percepcion de la Gloria de D-os para ser asimilada por el alma, previamente debe ser meditada. Un cuerpo sano y una mente sana, cumpliran satisfactoriamente estas vitales funciones, y el hombre gozara de una vida fisica y espiritual plena. Abraham, nuestro patriarca, gozaba plenamente de la vida. No solo fue bendecido con todos los satisfactores materiales, sino que tambien fue bendecido con todos los satisfactores espirituales, por cuanto percebia la Gloria de D-os a un grado superlativo.
En ello igualaba a Moises, Aaron, Nadav y Abihu, conjuntamente con los setenta Sabios, los Ancianos de Israel. Abraham, fue grande entre grandes.
Espiritualmente fue un verdadero coloso, y por eso engendro un puebo grande, al pueblo de Israel. Un pueblo, que no puede y no debe ser un pueblo mas entre todos los pueblos, porque Abraham, su patriarca, no fue un hombre mas entre todos los hombres. Fue un hombre grande, un gigante entre gigantes. Un pueblo para ser grande, debe fijarse grandes metas. Y la meta mas grande que jamas pueblo alguno se senialo, la preciso el pueblo de Israel, y es: -Ser un reino de Cohanim y un pueblo santo. De ese modo habran de cumplir con el legado que Abraham, su patriarca, les lego: «…y guardaran el camino del Eterno para hacer caridad y justicia». (Genesis XVIII-19).
El Rabi de Gur de b.m. explica esta asombrosa sentencia del siguiente modo: «La Tora menciona desde Noaj hasta Abraham [1] a setenta y cuatro personas. Sobre este tema nos dice la Mishna: Diez generaciones hubo desde Noaj hasta Abraham. La Tora con eso nos quiere enseñar, cuan paciente es D-os. Todas esas generaciones lo contrariaron de sobremanera, cada generacion mas que la anterior, hasta que llego Abraham y recibio la paga de todas esas generaciones-. (Pirke Avot V-3)»
Las setenta y cuatro personas que menciona la Tora, desde Noaj hasta Abraham, ocuparon un lugar destacado entre sus contemporaneos. Mas nada valioso legaron a la posteridad, solamente se limitaron a comer y a beber. Su lema que aun hoy en dia es vigente, fue: «Y he aqui regocijo y alegria, (es tiempo) de matanza de bovinos y de degüello de ovinos, de comer carne y de beber vino: ¡Comamos y bebamos porque mañana moriremos!». (lsaias XXII-13). El nacimiento de Abraham, justifico la gran cantidad de alimentos que consumieron esas setenta y cuatro personas. Esas personas vivieron con el unico y exclusivo fin, de dar lugar al nacimiento de Abraham, el hombre grande entre los gigantes. Abraham, recibio la paga de esas diez generaciones porque el le dio sentido a sus vidas. La paciencia Divina tuvo su recompensa. Un gigante fue Abraham, el cambio el sentido de
la humanidad. Revelo ante los ojos del mundo, la presencia del -Uno- de D-os. Del D-os de la justicia, de la misericordia, de la benevolencia, del perdon, del amor y de la paz. De no ser por Abraham, el mundo se hubiera hundido en la ferocidad y en la crueldad del paganismo y en sus abominaciones. Un hombre grande entre los gigantes fue Abraham, y por eso, engendro un pueblo grande. Un pueblo que no comera porque mañana habra de morir. Comera, porque mañana habra de vivir. Rash»i, explica el versiculo de referencia, diciendo: «Y hare de ti un pueblo grande: Esto es lo que recitan en la primera bendicion de la [2] Shemone Esre: -El D-os de Abraham-. Y te bendecire: Esto es lo que tambien recitan: -El D-os de lsaac-. Y engrandecere tu nombre: Esto es lo que tambien recitan: -El D-os de Jacob-.
Podriamos pensar que concluiran esta primera bendicion mencionando a todos ellos; esta escrito: Y seras bendicion: [3] Contigo concluiran y no con ellos». lsaac, fue un gigante, Jacob, fue un gigante, mas Abraham fue el hombre grande entre los gigantes, el que engendro un pueblo grande, como lo certifican los siguientes versiculos: «Porque ¿que pueblo hay tan grande que D-os esta cerca de el, como lo esta el Eterno, nuestro Dos, siempre que nosotros lo invocamos? Y ¿que pueblo es tan grande que tenga estatutos y juicios tan justos, como esta Tora que yo pongo delante de vosotros hoy?». (Deuteronomio IV- 7/8).
Extraido de «Netivot Olam II» (Sendas Eternas II) del Rab Samuel Miskin A
Notas:
(1) Setenta y cuatro personas: Excluyendo a los pueblos, como por ejemplo: Los Patrusim, Caslujim, Pelishtim, etc.
(2) Shemone Esre (dieciocho): Principal plegaria de las oraciones cotidianas del pueblo de Israel. Esta plegaria esta compuesta actualmente de diecinueve bendiciones, mas en su origen constaba de dieciocho bendiciones, de ahi su nombre de Shernone Esre.
(3) Contigo concluiran: La primera bendicion de la Shemono Esre termina: Bendito eres Tu, Eterno: Escudo de Abraham» Y no: «Bendito eres Tu Eterno: Escudo de Abraham, Itsjak y Iaacob», a pesar de que la bendicion empieza con los tres.
Tercer comentario – ¿Qué hay detrás de los ideales?
Si tomamos un libro de historia, como probablemente lo hemos hecho durante muchos años de nuestra escuela primaria y secundaria, nos encontraremos con nombres y fechas que modificaron el curso de la historia.
En los actos patrios, después de entonar el himno nacional, nos contaron en discursos cargados de emoción, acerca del prócer que se estaba idealizando en dicho acto, sobre sus luchas y hazañas, sobre sus obras y logros. Esto no es necesariamente por si mismo algo malo, pues el objetivo de quienes inventaron estos actos escolares, debe haber sido imbuir a los jóvenes con aquel mismo amor a la patria y devoción a estos eximios ideales.
Se nos crea entonces la idea en la mente, que ciertas personas de talla histórica gestan estas buenas propuestas, las piensan bien, y luego luchan por sus aspiraciones. ¿Es realmente así?
La primer gran contienda, de la cual nos relata la Torá, fue entre Avraham y los constructores de la famosa «torre de Bavel» (anteriormente la diferencia entre Noaj – Noé – y sus contemporáneos, no había sido una lucha por ideales, sino una decadencia general en pos de ganancia material). Los ingenieros de la torre predicaban la rebeldía hermanada en contra de las disposiciones de D»s sobre los seres humanos, teoría que se fue plasmando en paganismo y politeísmo, mientras que Avraham los enfrentaba con sus ideales de acatamiento a los dictámenes y al ejemplo de vida y bondad de D»s.
Una verdadera discusión filosófica… ¿verdad? A primera vista, sí. Sin embargo, Rash»í y los Sabios, no lo ven de esta manera. «Y bajó D»s a ver la ciudad y la torre que habían construido los seres humanos (lit. los hijos del hombre – «Bnei haAdam»)». Pregunta Rash»í: «¿por qué dice «hijos del hombre»? ¿hijos de quién otro podían llegar a ser, acaso? ¿quizás hijos de burros y camellos? – sino (nos viene a enseñar) que eran hijos de Adam, que había sido desagradecido (cuando la esposa lo condujo a pecar) y ellos, a su vez, fueron ingratos con D»s, que los había salvado del diluvio». La base del error, entonces, no fue una aberración teológica, sino una falla en sus cualidades humanas: demostraron ser ingratos.
Avraham, por otro lado, encontró su creencia en la unicidad de D»s precisamente por medio de la contemplación: «al observar la belleza y la perfección de la Creación, se llena su corazón de amor a D»s…» Observó, examinó, comprobó… y agradeció. La vida de Avraham se caracterizó por su afán en emular los caminos de su Creador. Abrió las puertas de su casa en todo momento para brindar asistencia y hospitalidad a desconocidos: Gratitud.
¿Qué significa ser agradecido? Es aquello que decimos a los niños: «¡decíle gracias a la tía por el regalo que te trajo!». «¡Gracias, tía!» – dice el niño obediente. «Te lo merecés» – responde la tía (el sobrino, en realidad considera que se merecía un obsequio más grande, pero tiene miedo de decirle a la tía que la cree algo avara…). Algunos padres pueden llegar a suponer que si el niño dice «gracias» sin que se lo hagan recordar, entonces merecen descansar tranquilos por haber cumplido con esta faceta tan vital de la educación de sus hijos.
Sin embargo, esto no es así. Gratitud no es «decir gracias», que en realidad es una formalidad y un modismo, sino que es un sentimiento que debe generar cada uno al apreciar la afabilidad y benevolencia que recibe de terceros (o en este caso: de D»s). Decir las fórmulas, es relativamente fácil, mientras que valorar las acciones ajenas, es una cuestión bastante más compleja y necesaria para la convivencia. En este caso, resultó ser la gratitud de Avraham y la falta de ella en la mente de sus opositores, la que marcó la diferencia en el rumbo de vida de la humanidad.
Los Sabios, en la Mishná Pirkéi Avot (5:4) nos enseñan que «diez pruebas recorrió Avraham, nuestro padre, y las superó todas, (esto es) para demostrarnos el amor de Avraham».
¿Qué es una prueba, en relación a D»s? No quisiera traerle siniestros recuerdos de su paso por la escuela o por la facultad. No se trata aquí ni de «parciales», ni de «finales». El profesor, de carne y hueso, necesita valerse de una prueba que le toma a los alumnos pues no sabe con certeza cuántos conocimientos tienen sus educandos. Sin embargo, D»s no padece de esa limitación. él sabe exactamente qué es lo que sucede dentro del corazón de cada uno. él no necesita «probar» a los seres humanos. ¡Qué es, entonces, lo que indica el versículo cuando dice: «y D»s probó a Avraham». Ramba»n (Najmánides) explica que el significado de esta palabra («nisaión») está relacionado con «nes» utilizado habitualmente como «milagro», pero que en realidad expresa «elevar» o «colocar como estandarte o emblema para ser visto». Así lo emplea la Torá cuando D»s le indica a Moshé (muchos años más tarde) fabricar una serpiente de cobre y colocarla sobre un «nes» para ser vista por todos los judíos que sufrieron una picadura de serpiente. Aquí también, la Torá me refiere que D»s decidió mostrar al mundo de entonces y a los propios descendientes de Avraham, quién era Avraham. Esto se puede verificar únicamente al requerir a Avraham estas exigencias que comprueban en la práctica (para terceros), el amor que sentía Avraham por el Creador. La traducción acertada de «nisaión» sería, entonces, exhibición y testimonio público de lo que ocurría en forma latente en el corazón de Avraham.
Cuando la Mishná me dice que D»s probó diez veces a Avraham, me está manifestando que en diez oportunidades de distinto carácter y rigor, D»s demostró al mundo la maestría y destreza espiritual alcanzada por nuestro patriarca. Cada una de estas instancias debía ser diferente y más compleja que las anteriores, pues de otro modo, estarían incluidas en los logros superados y dejarían de formar una prueba diferente y nueva. Entre prueba y prueba, transcurrió un lapso en el cual Avraham iba creciendo lo cual le permitió acceder a un nuevo nivel. Fue de ese modo, que Avraham, que inicialmente se llamaba Avram (personaje o lumbrera de Aram, su país natal) se convirtió en Avraham (dignatario para una multitud de naciones).
El Midrash agrega a esta Mishná: «El alfarero, que quiere vender su mercadería, golpea las vasijas más resistentes para demostrar que son de buena calidad (pues sabe que no se romperán). Así también, D»s prueba a aquel que él Sabe que poseen la fortaleza y vitalidad para prevalecer y progresar» (lo cual no quita que en última instancia todo termine dependiendo de la persona que ponga en práctica esa fortaleza que posee).
¿Cuáles son las «diez pruebas» que menciona la Mishná?
La Torá no clasifica la palabra nisaión salvo en el momento que D»s le exigió la entrega de Itzjak sobre el altar. Por lo tanto, existen ciertas diferencias entre los comentaristas acerca de cuáles eventos en la vida de Avraham se consideran «pruebas».
Aquí seguiremos una de aquellas opiniones (que pertenece al compositor de la liturgia ashkenazí del segundo día de Rosh HaShaná):
1. Avraham reconoció al Todopoderoso a pesar de no haber tenido el beneficio de una educación que lo motivara en ese sentido. Habitualmente, las personas no se cuestionan lo que ven y siguen a la mayoría sin reflexionar acerca de lo acertado de su modo de conducirse o si, posiblemente, existen puntos reñidos con la ética, no sea que deban modificar su estilo de vida. («¿para qué molestarme en usar la cabeza y buscar complicaciones, si otro ya pensó por mí?») Avraham analizó todo sin prejuicios sobre las consecuencias de su estudio.
2. Cuando esta forma de pensar los enfrentó al rey Nimrod (y al resto de la población), Avraham sostuvo su postura a pesar del riesgo físico que esto representaba y de las amenazas de muerte del propio rey que luego se materializaron y de la cual se salvó de manera milagrosa.
3. Más tarde, D»s le ordenó abandonar su hogar y su país natal para asentarse en un lugar aún desconocido (que resultó ser la tierra de C-na-an). A pesar del peligro y del temor natural a separarse de lo que uno ya conoce, Avraham obedeció.
4. Una vez que ya se había asentado en la tierra, de la cual D»s le había prometido que sería la herencia para él y su descendencia, sucedió que comenzó la primer hambruna severa de la humanidad. ¿Dónde? ¡Solamente en la tierra a él prometida! Avraham no aflojó.
5. Fue interinamente a Egipto hasta que pasara el hambre. Allí le raptaron por primera vez a su esposa Sará. Avraham no decayó. D»s salvó a Sará.
6. Una vez de regreso a C-na-an comenzó la primera guerra mundial (no la de este siglo) entre una alianza cuatro reyes extranjeros que invadieron C-na-an y otra de cinco locales. Los usurpadores tomaron cautivo a Lot, sobrino de Avraham, junto al resto de los pobladores de S-dom (Sodoma). Nuevamente, Avraham no flaqueó. Persiguió con la poca gente que lo rodeaba a estos guerreros que eran numéricamente superiores y los derrotó.
7. D»s ofreció un pacto a Avraham. Parte de ese pacto consistió en el vaticinio que sus descendientes serían esclavizados y oprimidos en una tierra ajena. Corrientemente, las personas se preocupan aun más por el bienestar de sus hijos que por el propio y no pueden tolerar ver como sufren. Avraham, aceptó las palabras de D»s a pesar de saber que sus descendientes sufrirían por las convicciones por él elegidas al momento de empujar esos mismos ideales..
8. D»s ordenó a Avraham llevar a cabo el Brit Milá. Esto lo diferenciaría definitivamente de la gente. Para Avraham, el hombre más generoso y gran amante de la bondad, esto significaba una división tajante con sus semejantes. No obstante, acató.
9. Hagar, la sirvienta de Avraham que Sará había insistido que se convirtiera en su esposa, tuvo un hijo: Ismael. Este era un mal ejemplo de conducta para Itzjak, el hijo de Sará. No había otra solución, sino echarlo de la casa. D»s asintió con Sará. ¿Expulsar un hijo de la casa? Avraham accedió.
10. Avraham luchó toda su vida en contra de los sacrificios humanos que practicaban los paganos. «D»s aborrece estos sacrificios» – argumentaba. Ahora, D»s le ordenaba hacer lo mismo con su hijo único y querido, Itzjak. En este acto estaba en juego todo el porvenir de los ideales de Avraham, cuyo único discípulo incondicional era Itzjak. Avraham nuevamente cumplió
con la voluntad de D»s y caminó tres días con Itzjak, que aceptó la veracidad de la profecía que su padre le transmitió y colaboró para poner en práctica lo que creyeron era la voluntad de D»s. La evocación de esta entrega suprema, es la parte primordial de muchas de nuestras plegarias.
Nosotros pedimos diariamente que no seamos sometidos a pruebas. Sin embargo, nuestra historia está colmada de testimonios en que debimos afrontar situaciones muy difíciles. Todos los que pudieron, tuvieron un gran padre: Avraham.
Daniel Oppenheimer
Cuarto comentario – ¿De qué te vas a preocupar?
Esta escrito en Pirke Abot (cap 3 Mishna 9):
Ribi Janina ben Dosa dice: «Todo aquel que antepone el temor al pecado a su sabiduria, su sabiduria perdura, pero todo aquel que antepone a su sabiduria el temor al pecado, su sabiduria no perdura. Todo aquel que sus obras superan sus conocimientos, estos perduran, pero aquel cuyos conocimientos superan sus hechos, su sabiduria no perdurara».
Explica el Rambam en su comentario a esta Mishna: este asunto es reconocido por los filosofos, que cuando uno se acostumbra a actuar de una manera tal, que sus obras son para el una adquisicion fuerte y luego estudia cosas relacionadas con lo que hace, eso lo va a incentivar a afirmarse mas en lo que hace. Cuando uno anticipa el estudio a la accion y cuando uno lee y aprende que hay muchas cosas que hace incorrectamente, va a preferir dejar de estudiar, pues lo que aprende lo aleja de sus deseos. Todo aquel que estudia y no practica lo que le ensenian se compara a quien siembra y no cosecha.
Cuando recibimos la Tora nos comprometimos a realizar y luego a estudiar. Una de las ordenes que Hashem le da a Abraham es «Encaminate ante Mi y se integro». La palabra «Tamim» (integro) quiere decir tambien simple. Es algo loable que busquemos los motivos de las mitzvot, pero el motivo real por el que tenemos que cumplirlas, debe ser porque Hashem las ordeno, pues esta es su voluntad, no por las razones que nosotros intentamos darle a las mitsvot. Dice el pasuk (versículo) de Tehilim (119, 1) «Dichosos los que se encaminan con simpleza» ¿que significa simpleza?Realizar mitzvot aun sin entender. Es un punto muy importante donde concretamos en hechos nuestra fe. Nosotros debemos saber que si hay un Dueño en este mundo y nos ordena algo, no tenemos mas que cumplir con Su voluntad.
El libro Pele Ioetz explica sobre el pasuk que dice: «íntegro (simple) seras con Hashem tu D»s», que la simpleza consiste en no preocuparse por saber el futuro a traves de distintos metodos, no sufrir por lo que va a ocurrir maniana, sino confiar en Hashem, delegar en el los problemas. No preocuparse en saber que piensa su compañero, sino conducirse con simpleza. No estar todo el dia pensando en asuntos mundanos, en el sustento, sino que el principal pensamiento debe ser la Tora de Hashem.
Cuenta el Midrash Raba que Abraham le dijo a Hashem: «Mientras que no me hice el Berit Mila, todo el mundo me enfrentaba, guerreaba conmigo y ahora ¿que va a ser de mi? ¡Estoy debil! Hashem le contesto: «Te es suficiente que soy Tu D»s y el D»s del mundo». En realidad esta preocupacion que tuvo Abraham, es la que muchas veces todos tenemos cuando queremos mejorar en algo. Tenemos miedo a la oposicion.
Tenemos temores de todo tipo. Pero este Midrash nos da un panorama claro de como debe ser nuestra forma de pensar. Por sobre toda oposicion y todo pensamiento, hay un D»s, y yo, como buen servidor, acato Su orden. ¿Que significa actuar con simpleza? Anular nuestros pensamientos y conocimientos frente a la orden de Hashem; no preguntar: aceptar. Muchas
veces ocurre que los conocimientos que uno tiene, se contradicen con lo que estudio en la Tora. Asi ocurrio con Abraham: el era astrologo y veia en la constelacion de estrellas que no iba a tener hijos.
Dice el pasuk 5 del cap 15 del libro de Bereshit: «Y (Hashem) lo saco a el (a Abraham) afuera y le dijo: «observa los cielos y cuenta las estrellas si es que las podras contar», y le dijo: «Asi sera tu descendencia» «. Segun el Midrash, Hashem le dijo «apartate de tu astrologia», tu ves que Abram no podra tener hijos y Sarai tampoco podra, pues les cambiare el nombre y cambiara vuestra suerte. Actuar con simpleza significa no preocuparse, confiar en Hashem. Asi esta escrito: El pasado ya transcurrio, el futuro aun no llego ¿para que me voy a preocupar?
Rab Moshe M Hoffer