Estudiando 3 pesukim (versículos) sobresalientes
«Y se multipliquen mucho en medio de la tierra» (48:16)
PREGUNTA: Iaacov los bendijo para que se multiplicaran como los peces del océano (Rashi) ¿Cuál fue el motivo para que los comparara con peces?
RESPUESTA: En una ocasión el gobierno romano emitió un decreto prohibiendo el estudio de la Torá. Papus ben Iehudá vio a Rabí Akivá conduciendo una clase de Torá y le preguntó: «¿No temes ser castigado por la ley?». Rabí Akivá respondió con una parábola: Un zorro estaba deambulando por la ribera del río y vio a los peces nadando velozmente de lado a lado. Les preguntó: «¿Por qué están corriendo?» Ellos respondieron: «Tenemos miedo de la red que la gente arrojó para atraparnos». Astutamente el zorro dijo: «Quizás sería más sabio ascender a la playa y vivir junto a mi, como mis padres vivieron con sus padres». Los peces respondieron: «Hablas tontamente; si tememos en nuestro hábitat natural, nuestro temor sería más grande en la tierra, donde la muerte es segura». Similarmente, la Torá es nuestra fuente de vida y nos salva. Sin ella nosotros pereceremos definitivamente (Berajot 61 b).
Iaacov estaba instruyendo a sus hijos para que siempre recordaran que, así como el pez no puede vivir sin agua, el judío no puede existir sin Torá; y él los bendijo para que «nadaran como peces» en el Iam Hatalmud— el océano del estudio de la Torá.
(La vida de un pez depende en gran medida de su vitalidad y habilidad para nadar corriente arriba. Si se permitieran nadar como flecha con la corriente de los rápidos o la correntada, sería precipitado y sacudido. Es sólo porque el Creador dotó al pez con el precioso instinto de auto- conservación, por lo que le es posible nadar corriente arriba contra las fuerzas de las ondulantes olas, pudiendo fructificar y sobrevivir. Iaacov bendijo a sus hijos para que sean capaces y estén ansiosos de nadar corriente arriba y resistir la tentación de correr con el rebaño y nadar con la corriente.)
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«El levantó la mano de su padre para quitarla de la cabeza de Efraim, su padre se rehusó y dijo «Yo sé»» (48:17-19)
PREGUNTA: Cuando Iosef trajo a Efraim y Menashé para recibir sus bendiciones, los ubicó de forma tal que la mano derecha de Iaacov se posara sobre la cabeza de Menashé y la izquierda sobre Efraim. Iaacov, sin embargo, cruzó sus manos como para que la izquierda descansara sobre Menashé y la derecha sobre Efraim. Iosef hizo un intento de cambiar las manos de su padre, cosa a la que se resistió. El Midrash Rabá (97:4) dice que cuando Iosef levantó la mano derecha de su padre para sacarla de la cabeza de Efraim, Iaacov le dijo: «Quiero que sepas que soy muy fuerte y he vencido a un ángel. Por lo tanto, no intentes mover mis manos». ¿Por qué insistió Iaacov en que su mano derecha estuviera sobre Efraim, y por qué tuvo que probar su fuerza del hecho de que venció a un ángel?
RESPUESTA: En Egipto Efraim estaba ocupado principalmente con el estudio de la Torá. Iosef fue notificado de la enfermedad de Iaacov por Efraim, quien frecuentemente visitaba la casa de Iaacov para estudiar (Rashi 48 1). A pesar de que Menashé también estudiaba Torá, también ayudaba a Iosef y dirigía su casa (Targún Ionatán ben Uziel 43:16). También actuó como intérprete entre Iosef y sus hermanos (Rashi 43:23). Así, Menashé tiene el mérito de cumplir la mitzvá (mandamiento) de kibud av (honrar al padre) de manera sobresaliente.
Iosef, por lo tanto, pensó que Menashé debía recibir la berajá de la «mano derecha» debido a su ejemplar cumplimiento de kibud av. Iaacov notó esto y le dijo a Iosef: «El interrogante en tu mente es igual a un problema que tuvo lugar muchos años atrás y que hace mucho fue resuelto. Mientras yo era el prototipo de aquel que mora en tiendas de Torá, mi hermano Esav se destacaba en la mitzvá de kibud av. Como tú bien sabes, mi padre Itzjak me dio las berajot. El ángel que lucho contra mi era el ángel de Esav. Intento derrotarme para tomar las berajot, pero yo triunfé, y él, eventualmente concedió que las berajot me pertenecían. Esto prueba que la Torá sobrepasa a todo. Tu hijo Efraim está totalmente sumergido en el estudió de la Torá; por lo tanto merece la berajá de la «mano derecha»».
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«Reúnanse y les diré que les sucederá en el fin de los días» (49:1)
PREGUNTA: Iaacov quiso revelar a sus hijos el momento de la venida del Mashíaj. Sin embargo la Shejiná se alejó de él, y comenzó a hablar de otro tema (Rashi). Si era apropiado revelar la venida del Mashíaj, ¿por qué lo dejó la Shejiná?. Si estaba prohibido, ¿por qué Iaacov quiso hacerlo?
RESPUESTA: La Guemará (Shabat 30 b) dice que la Shejiná se revela a una persona solamente cuando está con un espíritu alegre y feliz, no triste y acongojado. Si Iaacov estaba preparado para revelar el momento de la llegada del Mashíaj, obviamente estaba permitido. Sin embargo, cuando estaba a punto de revelarlo, vio jevlei Mashíaj— los dolores y sufrimientos extremos que el pueblo judío soportará en el futuro, antes de la revelación del Mashíaj. Esto provocó mucha angustia a Iaacov y por lo tanto, la Shejiná se apartó de él.