El Poder de Honrar a Nuestros Padres
Extraído de Las mitzvot de honrar y temer a los padres. Por el Rabino Moshe Levy
EL PODER DE ESTA MITZVA ES GRANDE Y LA GENTE VE CLARAMENTE SUS BENEFICIOS EN ESTE MUNDO
El poder de la Mitzvá de honrar al padre y a la madre es grande, siendo una Mitzvá tan preciosa como el oro, y la gente puede ver claramente que parte de la recompensa es dada en este Mundo mediante plenitud y éxito en todas las iniciativas, o mediante la prolongación de los días, y esta es el tipo de recompensa que se da por esta Mitzvá .
Kad ha Kemaj Rabenu Bajye Kivud av va em
HEMOS VISTO CON NUESTROS PROPIOS OJOS QUE AQUELLOS QUE HONRAN A SUS PADRES LLEVAN VIDAS DULCES Y EXITOSAS
Podéis aprender de vuestros mayores, y seguramente vuestro padre os dirá, y también lo hemos visto con nuestros propios ojos, acerca de muchos hombres que honraron a sus padres en toda la medida del deber, y merecieron por esto, gran honor, riqueza, hijos y la prolongación de días y años.
Rabi Jayim Pallagi, Tojajat Jayim Toldot
ESTAMOS SEGUROS QUE TENDREMOS UNA LARGA VIDA EN ESTE MUNDO Y EN EL MUNDO POR VENIR
Tenemos la seguridad de que mediante esta Mitzvá Hashem llenará todos nuestros días en este mundo y que serán largos en el Mundo por Venir, el cual es de completa ‘longitud’, y moraremos en la buena tierra que habrá de darnos.
Ramban Shemot 20:12
LA MITZVA DE HONRAR A VUESTRO PADRE Y MADRE ES UNA SEGULA PARA UNA LARGA VIDA
Honra a tu padre y a tu madre; para que tus días puedan ser prologados sobre la tierra que Hashem tu D-os te da. (Shemot/Exodo 20:12). Está escrito: «Que vuestros días puedan ser prolongados» y no que Hashem prolongará tus días; puede ser que la intención sea el decir que esta Mitzvá es una SEGULA para la prolongación de los días, aparte de la recompensa que provendrá de Hashem, porque hay Mitzvot que tienen grandes Segulot además de la recompensa que se recibirá de Hashem por su cumplimiento.
Or ha Jayim ha Kadosh, Yitro
SEFER MAALOT HA MIDOT AQUELLOS QUE TEMEN AL CIELO HONRAN A SU PADRE Y A SU MADRE
Bienaventurados son aquellos que temen al Cielo, que caminan por los senderos del Todopoderoso y se congratulan en su labor. Son felices en este mundo y es bueno para ellos en el mundo venidero, porque como ha sido escrito: «Bienaventurado todo aquel que teme al Señor, que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien» (Salmos 128:1-2). Por lo tanto, hijos míos, sed circunspectos en este importante rasgo, de modo que alcancéis riqueza, honor y vida en este mundo, y en el mundo venidero, como ha sido escrito (Proverbios 22:4): «Riquezas, honor y vida son la remuneración de la humildad y el temor del Señor». Pueda nuestro D-os en Su compasión colocar Su temor ante nuestros rostros de manera que no pequemos.
De la misma manera que uno debe temer y honrar al Santo Bendito Sea, así uno debe temer y honrar a su padre y a su madre, ya que (Shemot/Exodo 20:12): «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que D-os te da» y (Levítico 19:3): «Cada uno temerá a su padre y a su madre». A quienquiera que honre a su padre y a su madre, y les tema, se le cuenta como si temiera y honrara al Santo Bendito Sea. Sabed que es así porque los tres son socios en él.
Ya que así lo han declarado nuestros sabios (Nidah 31a): Hay tres socios en un hombre: El Santo Bendito Sea, el padre y la madre. Su padre siembra el «blanco» del cual se forman los huesos, las ligaduras, las uñas, el iris de los ojos y la materia cerebral. Su madre siembra el «rojo» del cual se forman la piel, la carne, la sangre, el pelo y la pupila del ojo. Y el Santo Bendito Sea le da espíritu, alma, aspecto, la vista del ojo, la audición del oído, el habla de los labios, el caminar de los pies, conocimiento, entendimiento y sabiduría. Los tres son socios en él, de modo que es imposible para un hombre temer y honrar a su padre y a su madre sin, al mismo tiempo, temer y honrar la «porción» del Santo Bendito Sea…
Nuestros sabios de bendita memoria dijeron además (Yerushalmi Peah 1:1): Grande es el honrar a padre y madre, el cual el Santo Bendito Sea prefirió a Su propio honor.
Sefer Maalot ha Midot
HONRAD A VUESTROS PADRES PARA MERECER TODA CLASE DE BENDICIONES Y COSAS BUENAS
Hijos míos, venid y ved cuán grande es el honrar a padre y madre. Porque cuando uno honra a su padre y a su madre, uno merece heredar la vida en este mundo y en el mundo venidero, ya que ha sido escrito (Deuteronomio 5:16): «Honra a tu padre y a tu madre como el Señor tu D-os te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que el Señor tu Dos te da». Es más, mientras uno honre a su padre y a su madre, el pecado no se engendra en él.
Sefer Maalot ha Midot
ASI COMO ES GRANDE LA RECOMPENSA POR HONRARLOS, GRANDE ES EL CASTIGO POR OFENDERLOS
Y sobre aquel que no honra a su padre y a su madre caen severos decretos…». Grande es la Mitzvá de honrar al padre y a la madre, la cual prolonga los días y años de un hombre, le confiere el bien y hace que herede la vida en este mundo y en el mundo venidero. Pero así como su recompensa es grande, así de grande es el castigo [por su no realización]. Porque así se han expresado nuestros sabios de bendita memoria en la Agadá (Yerushalmi Peah 1:1), citando Mishlé/Proverbios 30:17: «El ojo que escarnece a su padre y menosprecia la enseñanza de la madre, los cuervos de la cañada lo saquen y los aguiluchos se lo coman»; y Devarim/Deuteronomio 22:6: «Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos». El Santo Bendito Sea dice: «Que el cuervo, cruel hacia los suyos, venga y saque ese ojo, pero que no se saque provecho de ello. Y que venga el águila compasiva con los suyos y se lo coma, y derive provecho de ello».
Sefer Maalot ha Midot
HONRAR A VUESTROS PADRES ES UNA MANERA DE REPAGARLES POR TODO EL BIEN QUE OS HAN HECHO
Está escrito en el Midrash que toda Mitzvá relativa a honrar padre y madre es una manera de repagar todo el bien que el hijo recibió de su padre y de su madre, y el hijo que no los honra es llamado un Rasha [Malvado], así como está escrito: «El Rasha pide prestado y no devuelve». Pero aquel que los honra y los alimenta, y complace todos sus deseos es llamado un Tzadik [Justo], así como está escrito: «Y el Tzadik es compasivo y da», significando que da a sus padres de buen corazón de la misma manera que sus padres le dieron, sin mostrar un corazón miserable.
E incluido en el repago de la obligación debida a los padres está el amarlos con fuerte amor, de la misma manera que los padres aman al hijo, y éste no debiera ser para ellos un peso, ni una fuente de preocupaciones.
Sefer Jaredim Perek, Alef
Rabino Moshe Levy