El Iom Tov (día festivo) de Sucot
(selección extraída del libro «El Midrash Dice», por el Rabino Moshe Weissman © Ed. Benei Sholem
El Iom Tov de Sucot que comienza el día quince de Tishrei y dura siete días (fuera de Eretz Israel, ocho días), trae con él muchas mitzvot, entre ellas:
- Vivir en la sucá.
- Las Cuatro Especies.
Vivir en la Sucá.
La Torá ordena que cada judío varón debe mudarse de la habitación donde vive en su casa a una sucá por los siete días completos que dura la festividad. Durante ese tiempo, la sucá se convertirá en su lugar de residencia permanente, y la casa el temporario. Es una mitzvá hacer la sucá tan habitable como su propio hogar, por lo tanto debería traer su vajilla buena y demás artículos domésticos y extender un lindo mantel sobre la mesa.
¿Por qué se nos ordena que vivamos en una sucá en este Iom Tov?
La Torá explica (Vaikrá 23:43). «Para que sus generaciones sepan que Yo hice que los Bnei Israel habiten en sucot cuando Yo los saqué de la tierra de Egipto, Yo soy Hashem, su D-s.»
¿En qué clase de sucot habitaron los judíos en el desierto?
1. Rabí Akivá explicó que los judíos se hicieron cabañas de madera portables en las que vivieron en el desierto.
2. De acuerdo con otro punto de vista, las «sucot» a las que nos referimos no son cabañas de madera sino Nubes de Gloria con las que el Todopoderoso encerraba a los Bnei Israel, protegiéndolos de los enemigos y peligros que los rodeaban y del calor del sol del desierto. Esta última opinión es la aceptada.
Por lo tanto, estamos obligados a habitar en sucot en este Iom Tov para recordar los grandes milagros que hizo el Todopoderoso en beneficio de nuestra nación en el desierto al proporcionar refugio a nuestros ancestros por medio de las Nubes de Gloria.
Rabí Akivá sostuvo que la Torá enfatiza la grandeza de la Generación del Desierto. Una gran cantidad de población de hombres, mujeres, y niños sin dudar siguieron a Moshé a una tierra de nadie, sin vegetación y habitada por víboras, escorpiones, y bestias salvajes. Ellos no vivían en habitaciones residenciales sino que tenían que construirse cabañas, y así siguieron a Moshé durante cuarenta años. Nosotros, también, estamos obligados a vivir en cabañas de madera, para aprender a adoptar una actitud de confianza total en Hashem tal como nuestros antepasados.
Parece que el Iom Tov de Sucot debería celebrarse después de Pesaj, en primavera cuando el Exodo tuvo lugar realmente.
Sin embargo, la Torá a propósito decidió que esta festividad fuera en los comienzos de la estación del frío. Si Sucot fuera en Nisán o Iar, podríamos asegurar que la familia se mudaría a la intemperie para disfrutar del buen tiempo. De la manera que es, los niños preguntarán la razón de la mitzvá.
La Kabalá enseña que la shejiná abre sus alas sobre un judío sentado en la sucá. Luego de entrar, el invitado Celestial también ingresa para compartir la residencia Divina con él. Se dijo que Rabí Hamnuna, el mayor, solía entrar a la sucá con alegría. Una vez que estaba adentro, se levantaba, caminaba hacia la entrada, y exclamaba, «Déjanos invitar a los ushpizin, los huéspedes celestiales!».
Cuando la mesa estaba servida y él ya había recitado la bendición «leshev basucá», exclamaba, «¡Siéntense, huéspedes celestiales, tomen asiento!»
Antes de comer, felizmente levantaba sus manos y anunciaba, «¡Qué dichosa es nuestra porción y qué dichosa que es la porción de todo el pueblo judío que es parte de Hashem!»
Con el objeto de que los ushpizin Celestiales le estén agradecidos, un judío también debe hacer feliz a los pobres en este Iom Tov e invitarlos o donarles una buena parte de sus gastos antes de la festividad. Si mientras que invita a los huéspedes Celestiales a su sucá, no le da una porción a los pobres de la tierra, la mesa que él sirva en la sucá no es la mesa del Todopoderoso y no merece la presencia de los ushpizin.
Arbá Minim / Las Cuatro Especies
En Sucot es una mitzvá recoger cuatro tipos de plantas:
- Un lulav
- Un etrog
- Dos aravot (sauces)
- Tres ramas de hadasim (mirtos) que posean tres hojas que salgan de cada nivel.
En el Beit Hamikdash, se llevaban estas Cuatro Especies cada día los siete días de la semana (por los kohanim y los visitantes del Beit Hamikdash). Sin embargo, fuera del Beit Hamikdash, de acuerdo con la ley de la Torá, ellas se tomaban sólo el primer día de Sucot. Con posterioridad a la destrucción del Templo, Rabí Iojanán instituyó que los judíos deberían tomar las Cuatro Especies cada día de Sucot durante siete días en memoria del Beit Hamikdash.
En el Beit Hamikdash, los kohanim solían rodear el altar una vez al día con las Cuatro Especies en la mano, exclamando, «Anna Hashem hoshia na!» (Por favor, Hashem, por favor salva!») El séptimo día de Iom Tov, rodeaban el altar siete veces como signo de despedida, mientras rogaban que les otorgue la redención.
¿Por qué se nos ordena que tomemos las Cuatro Especies en Sucot? Citamos algunas de las razones que dan nuestros Sabios:
1. En Sucot, el Todopoderoso determina cuánta lluvia caerá en el año venidero. Hashem dice, «Te ordené que lleves las Cuatro Especies para darte mérito y así haya mucha lluvia durante el año».
Las cuatro especies crecen en el agua o cerca de ésta.
– Etroguim prosperan por el agua, como se menciona en el Midrash (Vaikrá Rabá 30:8).
– Aravot son llamados por las Sagradas Escrituras «arve najal / aravot del río» ya que crecen principalmente cerca de los arroyos.
– Hadasim, también, crecen cerca de lagos como se menciona en Zejaríá (1:8).
– Las palmas del Lulav crecen en valles donde hay buenas provisiones de agua.
Debido a que empleamos estas Cuatro Especies para una Mitzvá para las que necesitamos abundante agua, Hashem nos da mucha lluvia.
2. Asimismo, las Cuatro Especies aluden a nuestros padres y madres anteriores en cuyo mérito el Todopoderoso nos confiere la bendición.
Etrog – Abraham (El etrog es llamado «un fruto bello», y Hashem adornó y embelleció a Abraham con la mayoría de edad y todas bendiciones terrenales).
Lulav – Itzjak ( La Torá llama al lulav «kapot temarim» aludiendo a Itzjak que había sido kafut / atado al altar como sacrificio).
Hadás – Iaakov (Así como el hadas está lleno de hojas, Iaakov fue bendecido con muchos hijos).
Aravá – Iosef (cuyo estado era el de un antecesor del Klal Israel. Así como el aravá se marchita antes que otras especies, Iosef falleció antes que sus hermanos.)
Nuestras madres:
Etrog – Sará (Sará estaba bendecida con edad madura y todas cosas terrenales buenas así como el etrog es llamado el fruto bello.)
Lulav – Rivká (Así como la datilera produce frutos y sus hojas tienen puntas filosas, Rivká dió a luz a un tzadik -justo- y a un rashá -malvado-.)
Hadás – Leá (que tenía más hijos que todas las matriarcas así como el hadás tiene abundantes hojas).
Aravá – Rajel (que murió antes que su hermana Leá así como el aravá se marchita antes que otras especies.)
Cuando llevamos las Cuatro Especies deberíamos tener en mente que queremos diseñar nuestras semillas tal como aquellas de nuestros grandes padres y madres anteriores.
3. Las Cuatro Especies también representan cuatro segmentos del Klal Israel.
– El etrog es comestible y además tiene una linda fragancia, y se corresponde con un judío que posee el conocimiento de la Torá y de las mitzvot.
– El lulav nace de la palmera que tiene frutos pero que no tiene un aroma dulce. Representa al judío que estudia la Torá pero no realiza mitzvot.
– El hadás tiene fragancia pero no es comestible, al igual que el judío que observa las mitzvot pero carece de conocimiento acerca de la Torá.
– El aravá ni es comestible, ni tiene buen aroma, se compara con un judío que está en falta con la Torá y con las mitzvot (pero que aún se une a la comunidad Judía).
Hashem dijo, «No quiero destruir a este último grupo; dejemos que los cuatro segmentos se unan para que uno pueda compensar al otro!»
4. Finalmente, el retrato de un judío que se para frente a Hashem sosteniendo el lulav en alto y junto con las otras especies parece el de un general que ha regresado triunfante de una batalla y alza su lanza en el aire como signo de victoria. De hecho, en Sucot todos los integrantes del Klal Israel son generales victoriosos.
Este punto se explica con la siguiente parábola:
Dos partes trajeron su caso al juez. Los dos tenían argumentos convincentes y poderosos. Una gran multitud se reunió fuera de la sala del tribunal y esperó en suspenso que el juez pronunciara su veredicto. Finalmente, el caso del tribunal estuvo cerrado, la puerta se abrió, y en el marco de ella estaba parado uno de los demandados, con su lanza en alto. Todos los presentes se juntaron inmediatamente y comprendieron que él había ganado el caso y comenzaron a vitorearlo.
De manera similar, en Rosh Hashaná, las naciones se quejan de Klal Israel, y el resultado de la disputa es incierto. Sin embargo, en Sucot se hace evidente quién ganó; cuando las naciones ven al Klal Israel con sus lulavim en mano, admiten que los judíos son victoriosos.
¿A qué discusión entre las naciones y el pueblo judío se refiere el Midrash?
En Rosh Hashaná, los sarim (ángeles guardianes) de las naciones argumentaron «¿Por qué Tú, Hashem, perdonas al pueblo judío por sus pecados? No son mejores que otras naciones. Los judíos, también, adoran ídolos y cometen pecados de inmoralidad y matanza. Entonces, ¿es justo que Tú le concedas el perdón al pueblo judío antes que a otras naciones?»
Sin embargo, Hashem hace callar a todos los acusadores al demostrarles cuál es el verdadero carácter del judío, siendo evidente en Sucot y aún más claro en Rosh Hashaná y Iom Kipur. Durante las Festividades más importantes, podríamos decir que todos los judíos ayunan y se arrepienten por temor al castigo severo del Todopoderoso. No podemos saber si dicha teshuvá tiene lugar por miedo. En Sucot, todos los miembros de nuestra nación alzan sus lulavim y lo mueven en todas las direcciones en medio de la alegría. Así manifiestan que aceptan deseosos el reinado de Hashem, entre el amor, y así ganan la victoria definitiva sobre los acusadores.
El número cuatro en relación a las Cuatro Especies tiene un significado especial.
Las Cuatro Especies corresponden a los cuatro tipos de pena capital impartidas por el Beit Din (apedrear, quemar, la muerte con la espada, y la estrangulación). Hashem dice, «Si llevas las Cuatro Especies, te compensaré en caso de que hayas incurrido en alguno de estos cuatro tipos de muerte».
Si bien uno puede usar una sucá prestada, por ejemplo, la de su vecino, no se puede hacer lo mismo en el caso de las Cuatro Especies. El primer día de Iom Tov ( y fuera de Eretz Israel, en el segundo también), no se cumple con la obligación pidiendo prestado un lulav.
Aún, si alguien gasta una gran suma de dinero para adquirir un juego (kasher y) hermoso de arbá minim para Iom Tov, no debería pensar que incurrió en una pérdida – en realidad ganó. Esto es verdad en dos sentidos: La Torá y las mitzvot que adquiere son, de todos modos, suyas por siempre y no es así en otro tipo de compras que al final de sus días las tiene que dejar.
Asimismo, el dinero extra que un judío gasta en honor a Shabat, Iom Tov, Rosh Jodesh, y en educación para sus hijos para que aprendan acerca de la Torá le es reintegrado por el Cielo.
Hashem dice, «En Egipto yo te ordené que lleves un ramo de varas de hisopos y que los mojes con la sangre del korbán Pesaj (Shemot 12:22). ¿Cuánto gastaste en comprar el hisopo? Es una hierba que no cuesta casi nada. ¿Y qué recibiste como compensación? El botín del Iam Suf, el botín de Sijón y Og, y aquellos de los treinta y un reyes de Eretz Kenaan.
«Si un judío gasta una suma de dinero sustancial para adquirir un etrog y un lulav, ¿cuánto más recibirá en compensación?»
Rabino Moshe Weissman