El circulo completo
Extraído de Tesoros Ocultos Por Jaim Kramer con Itzjak Bell Traducido al Español por Guillermo Beilinson
El escenario también está dispuesto para cada uno de nosotros. Estamos listos para crear nuestros propios mundos y llenarlos de bendiciones físicas y espirituales. Para alcanzar nuestras metas, para dirigir y canalizar nuestras energías, necesitamos las Diez Sefirot. Al cultivar y perfeccionar los diversos atributos representados por las Sefirot, podemos transformar nuestro potencial en algo concreto.
Como enseña el Rebe Najmán, el impulso más importante de este proceso de creación se relaciona con el logro de los objetivos espirituales. Podemos pasar setenta, ochenta, o incluso cien años en este mundo físico, pero nuestra existencia en el Mundo que Viene durará por toda la eternidad. Por lo tanto el Rebe aplica las lecciones de la Kabalá para alcanzar objetivos a largo plazo, como el maravilloso Futuro que nos espera en el Mundo que Viene.
Sin embargo, estas estrategias también pueden ser aplicadas en todas las áreas de la vida. Por ejemplo, las energías de las Sefirot pueden ser utilizadas para desarrollar estabilidad emocional. Aquel que tiene fe gana el coraje de sus convicciones y la capacidad de mantenerse firme ante las presiones. Cuanto más grande sea su fe, mayor será su capacidad para creer en sí mismo y enfrentar los desafíos diarios.
Lo mismo se aplica a la salud física y financiera. No todos tienen una salud excelente, ni todos alcanzan el éxito financiero. éstos dependen de la Voluntad de Dios, y son Sus medios para probar nuestra capacidad para concretar nuestras metas, incluso cargados de contratiempos. Pero si nos centramos y utilizamos los atributos y energías que sí poseemos, estaremos en una mejor posición para encarar las dificultades de manera positiva y descubrir nuevos caminos para nuestros logros.
El poder de la voluntad es lo más importante para establecer y alcanzar los objetivos. Todo deseo está enraizado en Keter (voluntad), que recibe su energía directamente de Dios. Si preparamos nuestros recipientes para ello, podremos acoger y canalizar esa energía de acuerdo a nuestras capacidades.
Debemos recordar que nuestro objetivo final es lograr el reconocimiento de Dios, la Fuente de nuestro potencial. Luego que la energía de Keter se ha filtrado hacia abajo, hacia nosotros, a través de las Sefirot, debemos volver a dirigir esa Luz y esa energía de retorno a Dios. Completando el círculo, debemos conectarnos con Dios, la Fuente Ilimitada de toda la energía y el potencial, y estar dispuestos a dar el próximo paso: ascender a niveles más elevados y a logros cada vez mayores. Nuestra guía son los escritos de los Kabalistas y las enseñanzas de los Tzadikim de todas las generaciones, cuyas directivas nos permiten atravesar el laberinto de desafíos, para que podamos desarrollar nuestro potencial en el nivel más elevado posible.
El Rabí Natán escribe que la clave para concretar nuestro potencial es un inacabable anhelo por Dios, Quien es tanto la Fuente como el Objetivo. Cuanto más aumentemos nuestro deseo de conectarnos con Dios, mayor será la energía que podremos tomar de Keter, la Voluntad de Dios. Con esta tremenda energía ardiendo dentro de nosotros, tendremos el poder de enfrentar cualquier tentación o deseo material que oscurezca nuestro objetivo, y ascender más allá de todos los obstáculos, para cumplir con nuestras metas.
Es por esto que la palabra hebrea para correr es RaTz, que es etimológicamente similar a RaTzón (voluntad). Aquel que tiene un ardiente deseo, «correrá» el curso de la vida con un gran entusiasmo, siempre ejerciendo su voluntad y buscando su objetivo (Likutey Halajot, Birkot HaReiaj 5,5).
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Quiera Dios ayudarnos a reconocer el tremendo potencial para el bien que todos tenemos, y permitirnos desarrollarlo al punto en que seamos merecedores de alcanzar nuestros objetivos en todos los niveles, físicos, financieros, emocionales y espirituales. A través de esta unidad de las energías también lograremos la paz interior y la armonía con el mundo que nos rodea, lo que representa el Objetivo Final de la Creación, la Paz Absoluta que reinará en los Días del Mashíaj (ver Isaías 11:6-9). Así, al alcanzar nuestros objetivos, podremos llevar al mundo entero hacia la paz.
Que la paz, la culminación de la unidad, reine en el mundo entero. Amén.
Jaim Kramer