El Camino de la Conciencia
« Cuanto mayor es la diferencia en el objetivo, mayor será la distancia espiritual »
El Kadósh Barúj Hú es la máxima conciencia e identidad de la realidad en «donde» todos «somos Uno».
Nuestra conciencia del Yo, Anojí, así como la de la Esencia, mientras permanecemos identificados unicamente con el ámbito material-sensorial nos son insondables, dado que conocer nuestro Yo y conocer la Esencia es lo mismo.
Conciencia es la propiedad del alma de ir re-conociéndose en el Kadósh Barúj Hú, ya que «allí está» su origen e identidad.
Así como los cuerpos y objetos materiales se separan temporal y espacialmente, las existencias espirituales se separan cuando poseen objetivos disímiles. Cuanto mayor es la diferencia en el objetivo, mayor será la distancia espiritual y más disímil, por lo tanto, será la conciencia de la realidad.
Por el contrario, cuando se comparte el mismo objetivo surge la unidad, la fusión en todos los ámbitos.
Un ejemplo de lo expuesto, es el cuerpo humano: nuestro cuerpo está compuesto por distintos órganos, cada uno con diferentes funciones, pero con un único objetivo: servir al bienestar del hombre. Cada célula y cada órgano estarán en armonía con el cuerpo, y entre ellos, mientras su objetivo sea el bienestar común.
Lo mismo sucede con las almas humanas; si el objetivo es el deseo altruista, el bien colectivo, aun al hallarse éstas revestidas en diferentes cuerpos estarán unidas manifestando cada una un aspecto y un grado de conciencia de la realidad infinita.
Esta percepción de la realidad no surge «naturalmente», es necesario un sistema que entrene el deseo del hombre transformando el egoísmo en altruismo, para que la conciencia logre expandirse a Su Realidad Infinita.
El deseo es imposible de anular, él es la fuerza que activa todos los procesos, es lo que le da a los seres «la conciencia de ser», por ello debemos educarlo y darle la forma correcta: altruismo.