Drasha de TORAH.ORG
La parasha de esta semana nos cuenta de un formidable enemigo que nos acompaña cada dia en cada acción a lo largo de nuestra vida. Este enemigo es conocido como el «Yetzer Harah», la inclinacion/tendencia al mal. Después de que Kayin trae una ofrenda no muy «eleborada» Di-s le habla:
«Seguramente, si tratas de superarte, serás perdonado. Pero si no te arrepientes, entonces el pecado estara en la puerta de vuestra casa. Tienes un deseo dentro tuyo, pero puedes conquistarlo» (Génesis 4:7).
Con esta breve introduccion al concepto del «Yetzer Harah» quiero compartir una historia que recientemente escuche, que tal vez sea especial para esta epoca en que termina aqui en Estados Unidos las grandes ligas de beisbol que atrapan a tantas personas. Tambien puede ser una lección para aquéllos como yo que a veces pegamos nuestras orejas a las frivolas
conversaciones del subterráneo de Nueva York.
El Rab Sholom Schwadron había notado como uno de los estudiantes de la yeshiva habia faltado el domingo y lunes. En la mañana del martes se acercó al joven para preguntarle por que no habia ido a estudiar esos dos días. «Te conozco desde hace dos años, y nunca has faltado un solo día a la yeshiva. Estoy seguro que algo importante ocurre. Por favor dime si ocurre algo serio.»
El joven al principio no quiso hablar, pero después de vacilar unos segundos logro decirle: «contaría todo, pero, Rebbe, usted no entendería». «PruebA a ver si entiendo o no» Rab Sholom le respondio. «Haré todo lo posible para tratar de entender y apreciar lo que me cuentes».
«Vamos a ver», respondido el estudiante, confiado sin importar qué explicación daría, sería incomprensible para el Rab que probablemente nunca haya visto en su vida una pelota de fútbol. «Falte a la yeshiva porque estaba viendo las finales de fútbol del Maccabi Tel Aviv. De hecho, probablemente tambien falte a la yeshiva mañana», dijo el alumno con verguenza. «Pasa que es la final del campeonato».
El Rab Schwadron no se mostro enojado, todo lo contrario, parecio interesarse mucho. «Estoy seguro que este juego de fútbol debe ser realmente excitante. Cuenteme, ¿cómo se juega al fútbol? ¿Cual es el objetivo? ¿Quien gana?.
«Hay once jugadores, y el objetivo es patear una pelota dentro del arco. Solo el portero puede tocar la pelota con la mano», le respondio el estudiante lleno de entusiasmo, mientras que la cara de Rab Schwadron se iluminaba con el relato del joven.
El Rab Schwadron sabia que este joven era un buen estudiante y quiso que este comodo. «Asi que hay que meter la pelota en el arco para ganar…Si es asi, vaya ahora, patea la pelota en el arco, y regresa a yeshiva«, sugirio el Rab.
El estudiante se rió. ¡»Rebbe, usted no entiende! ¡El equipo contrario también tiene once hombres y un portero, y ellos tratan de detener al adversario para que no metan la pelota en el arco».
«Dígame,» le dijo el Rab Schwadron. Estos otros hombres del otro equipo, ¿están allí las 24 horas del dia?». «Claro que no!» dijo el estudiante riendose. «Se van a casa a la noche» ¿Hacia donde estaba llendo el Rab con todas estas preguntas?, se cuestiono el joven.
El Rab Schwadron se le acerco al oido y en secreto le dijo su brillante plan. «Por qué no nos metemos en el estadio esta la noche mientras los contrarios no estan y pateamos la pelota en el arco cuándo nadie mira? ¡Entonces despues, podemos regresar a la yeshiva!».
El joven se dio por vencido frustrado de ver que el Rab no habia entendido. ¡ Oy! ¡Rebbe! Usted no entiende. ¡No se hacen goles si el otro equipo no trata de detenerte! ¡No tiene ningun sentido patear la pelota dentro de un arco vacio y sin adversario que este del otro lado!
» Ah!» grito el Rab Sholom con tono de victoria. ¡Ahora escucha por un momento lo que acabas de decir: No tiene ningun sentido patear la pelota dentro de un arco vacio si no hay adversarios del otro lado. Lo mismo sucede con el estudio de la Tora: justamente cuando hay adversarios, cuando hay un deseo de faltar a clase, cuándo el Yetzer Harah trata de desviarnos del camino es cuando realmente se acumulan puntos. ¡Ven mañana, y jamas podra imaginar cuántos goles marcaras para el equipo de Hashem».
¡No hace falta decir ni que el joven entendió el mensaje y estaba al día siguiente estudiando en la yeshiva.
La Tora nos enseña sobre la naturaleza del Yetzer Harah y como este nos desafia en cada momento. El Yetzer Harah siempre esta listo para bloquear nuestras intenciones de cumplir mitzvot. Nuestro trabajo es darnos cuenta de que debemos vencerlo cuando el deseo es mayor. Porque cuando es más difícil hacer lo correcto, ahi es cuando realmente acumulamos puntos.
Dedicado en honor al bar mitzva de nuestro hijo, Benzion Raphael, por Karen y David Portal y familia
Rabbi Mordechai Kamenetzky