Comer de Acuerdo a la Halajá
Extraído de Trátese bien, Pautas de la Torá para conservar su salud y su seguridad. Editorial Perspectivas
El Rambam expresa enfáticamente:
«Comer en exceso es como veneno para todas las personas y constituye la principal causa de enfermedad. La mayoría de las enfermedades son causadas ya sea por comer alimentos dañinos o por comer en exceso, incluso alimentos saludables».
(Hiljot De’ot 4:15)
Este es el significado de la enseñanza de el Rey Salomón: «El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias» (Mishlé 21:23). Es esencial cuidar la boca de uno de comer alimentos malos para la salud y de comer excesivamente.
Uno de los primeros mandamientos que se le dio a la humanidad involucraba a la comida: «Del árbol del Saber del bien y del mal, no comerás de él» (Bereshit 2:17). Vemos que las tentaciones por los alimentos han estado influenciando a la humanidad desde el comienzo mismo de la historia.
Tal vez debido a esto, Hashem nos ha dado tantos mandamientos en lo que respecta a la comida. La mayoría de nuestras preocupaciones domésticas diarias de halajá giran en torno a la comida, para recordarnos que, a pesar de que debemos comer para cuidar nuestros cuerpos como el resto de la humanidad, seguimos siendo una nación santa y especial.
A un judío se le ordena que se abstenga de comer clases de pescados, aves, insectos y animales no kasher; animales kasher con imperfecciones, animales kasher que se mataron o se prepararon inadecuadamente; mezclas de carne y productos lácteos; productos de Israel de los que todavía no se les sacaron el diezmo o se le hicieron las separaciones adecuadas; jametz en Pesaj; y todo alimento y bebida en días de ayuno.
Antes de comer cualquier cosa, no sólo tenemos que ocuparnos del tema del kashrut básico (régimen de comidas aptas) y de la preparación, sino, también, de las apropiadas bendiciones para la comida.
La Guemará (Berajot 35a) enseña: «El mundo y todo cuanto contiene pertenece a Hashem» (Tehilim 24:1). Hashem solamente le permite al hombre ser partícipe de Sus propiedades cuando, primero, hacemos una bendición, reconociendo la bondad, la sabiduría y el dominio de Hashem. Cuando una persona recita una bendición, Hashem accede al versículo: «La tierra la ha dado al hombre» (ibídem 115:16).
Como judíos, debemos comer l’shem Shamaim, en aras del Cielo (Avot 2:17 y Shulján Aruj, Oraj Jaim 231).
Debemos compartir nuestra comida con otras personas que estén necesitadas. Además, debemos comer la cantidad apropiada: ni demasiado poco, pues estamos obligados a mantener y a cuidar nuestros cuerpos, ni demasiado, puesto que esto también es perjudicial. Debemos concentrarnos en estas pautas diariamente a fin de cumplir con la obligación general de cuidar la salud y la seguridad de uno (Debarim 4:9).
Moshe Goldberger