Civilización y barbarie
El pueblo de Israel a través de todos los tiempos produjo líderes que supieron inspirar al mundo con mensajes universales. A pesar de ello nuestra historia estuvo signada por persecuciones cuya principal causa es la incomprensión.
Incomprensión tal vez sea la palabra clave que debemos explorar para resolver este milenario misterio que acompaña desde siempre al pueblo de Israel.
Una constante histórica
Antes de la revelación en Sinai el mundo estaba compuesto por sociedades paganas basadas en el sacrificio humano, la promiscuidad y la idolatría cuyos objetivos eran la conquista y la dominación.
Hoy, después de miles de años de la influencia civilizadora del Judaísmo, los diez postulados son reconocidos por su valor universal y aceptados como norma en el mundo occidental.
Un análisis no muy profundo de la historia nos des-cubre sociedades que sacralizan la muerte y «líderes» que mantienen a sus pueblos en la ignorancia bajo gobiernos demagógicos.
¿Estas no son acaso diferentes versiones de aquél mismo paganismo e idolatría que los Profetas de Israel denunciaron hace miles de años y que continuamente reaparecen, aún en el presente, revestidos en supuestos nacionalismos y pseudo espiritualidad?
La actual situación mundial
En la óptica de muchos analistas, los conflictos que actualmente estamos atravesando serían la consecuencia de la falta de valores compartidos a lo cual denominan conflicto de civilizaciones. ¿No será que estos conflictos surgen de la distorsión de esos Principios Universales y que el único conflicto que azotó y aún acosa a la humanidad es el de la imposición egoísta en oposición de la fuerza civilizadora representada por los valores altruistas de los originales Diez Postulados?
El dilema
El común denominador de la problemática humana lo podemos sintetizar en una palabra: Egoísmo. El punto de partida del egoísmo es el desconocimiento de la esencia humana y de la didáctica de los procesos educativos que facilitan su conocimiento.
Educación implica un proceso y todo proceso lleva tiempo.
Cuando el objetivo de un sistema educativo afecta directamente la esencia de la problemática humana, como lo hace el Judaísmo, mayores serán las barreras emocionales y mentales, el tiempo y la energía que se deberá invertir en superarlas.
Ello indujo a líderes y a otros responsables de tomar las decisiones que marcan el destino del mundo a optar por «el camino corto» olvidando el camino que llega.
Judeofobia y decadencia
Libertad y dignidad son principios que el corazón y la mente recta de todo ser humano acepta como base de una sociedad justa. Pero debemos recordar que no siempre fue así. La ignorancia y el miedo, generador de aquellos imperios paganos e idólatras basados en el sacrificio humano, resurgen a través de toda la historia y no siempre son reconocidos, condenados y combatidos en su justa medida.
Los Diez Postulados sumado a los valores de libertad y justicia que de ellos se desprenden contienen el potencial para transformar esos sistemas distorsionados en civilización.
La judeofobia siempre es una manifestación de barbarie y decadencia producto del egoísmo de quienes ocultan tras supuestos nacionalismos y pseudo espiritualidad sus ansias de poder.
La barbarie, antítesis de la civilización, para justificar su existencia precisa desacreditar los diez postulados y a quienes original e integralmente los mantienen vivos, por ello desembocan en judeofobia.
Objetivo
Debemos unir esfuerzos e implementar sistemas educativos y de difusión con el propósito de valorizar y estudiar sistemáticamente, en toda su dimensión, los Diez Postulados logrando que estos conceptos se transformen en la base de un Código Universal, tanto teórica como prácticamente.