Caridad y Gastos: moneda espiritual
Extraído de El 7º Cielo Por Moshé Mykoff
deberá honrar el Shabat
en la medida de sus posibilidades…
[Pero] si alguien no tiene nada
y depende de la caridad,
los administradores del fondo de caridad están obligados
a darle a esta persona al menos tres comidas.»
(Mishná Brurá 242:1)
Uno debe limitar los gastos semanales
con el fin de ahorrar dinero para honrar el Shabat.
Que nadie diga,
«¿Cómo podré llegar a ahorrar algo?».
Por el contrario,
cuanto más uno gaste para el Shabat,
más tendrá.
(Tur, Oraj Jaim 242)
Todo lo que desea el alma es avanzar en su propio camino, acercándose cada vez más a la Fuente de su sustento espiritual. El Shabat es una catapulta semanal para el alma y puede propulsarnos hacia la dirección en que el alma anhela y necesita ir. Pero para que el Shabat pueda ayudarnos de manera más efectiva, debemos estar preparados para el viaje. Para aprovechar al máximo el empuje ofrecido por el Shabat se requiere que cultivemos las cualidades y las actitudes que hacen que nuestros corazones sean más sensibles espiritualmente.
Durante la semana existen numerosas fuerzas que trabajan para negarnos la vitalidad del Shabat y minar nuestro progreso espiritual. Estas fuerzas afectan ámbitos muy dentro de nosotros, lugares donde somos más vulnerables ética y espiritualmente. Si estos adversarios prevalecen, pueden volvernos indiferentes y espiritualmente insensibles, logrando así separarnos de la vitalidad y de la conciencia deseadas por el alma.
Nuestra actitud hacia el dinero es uno de los aspectos de la conciencia particularmente vulnerable y por tanto especialmente atacado. Cuando caemos atrapados en la rutinaria preocupación por el dinero; cuando nos abatimos por el hecho de no tener suficiente; cuando invertimos toda nuestra energía y todo nuestro pensamiento en ganar más – entonces las fuerzas de la negatividad pueden adscribirse la victoria.
Aun así, ¿qué podemos hacer sin dinero? El dinero es una de las necesidades de la vida y no tenemos más opción que dedicarnos a la búsqueda del sustento.
Más allá de asegurar nuestra seguridad financiera personal, los negocios, conducidos con honestidad y con fe en Dios, son esenciales para el «tikún olam» – la transformación social y espiritual del mundo que lo lleva hacia lo que Dios le tiene reservado. Es nuestra responsabilidad como seres humanos llevar a cabo esta transformación; por lo tanto, en algún nivel debemos involucrarnos con las circunstancias que nos compelen a la búsqueda de dinero. Y es precisamente esta imperiosa necesidad de dinero la que les abre el camino a las fuerzas que pueden llegar a minar nuestro desarrollo espiritual.
Prepararnos para el Shabat nos da dos magníficas oportunidades para superar la insensibilidad espiritual generada por la atracción adversa del dinero. La primera es dar caridad a aquellos que no tienen suficiente dinero para adquirir lo que necesitan para el Shabat o, lo que es lo mismo, invitarlos a nuestra mesa del Shabat. La segunda es utilizar el dinero que hemos ganado para honrar el Shabat comprando y preparando los alimentos más sabrosos, la mejor bebida y las vestimentas más finas que podamos adquirir.
Ambos remedios – compartir nuestros recursos con los demás e invertir nuestro dinero en los gastos especiales del Shabat – elevan el nivel de sensibilidad espiritual de nuestros corazones. Al permitir que los valores espirituales sean los que determinen nuestros gastos, aflojamos el lazo que nos ata al dinero y disminuimos nuestro apego por él. La libertad que obtenemos entonces nos proyecta hacia adelante en la odisea espiritual del Shabat.