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Camino hacia la paz

Extraído de CÓMO NO JUZGAR A LA GENTE, Una Guía Práctica Moshe Goldberger. Editorial Perspectivas

Rabi Iojanán (Shabat 127a) enseñaba: Hay seis mitzvot por las cuales uno recibe dividendos en este mundo y el capital se le reserva en el Mundo Venidero:

1) Recibir invitados
2) Visitar a los enfermos
3) Concentrarse durante las plegarias
4) Levantarse temprano para estudiar Torá
5) Criar a los hijos para que estudien Torá
6) Juzgar a las personas favorablemente

Sin embargo, cuando aprendemos la lista de mitzvot de la Mishná (Pe’á 1:1), (con la cual debe concordar la declaración de Rabi Iojanán), no encontramos enumerado entre ellas el juzgar a otros meritoriamente.

1) Honrar a los padres
2) Guemilut Jasadím (benevolencia)
3) Promover la paz
4) Talmud Torá, que equivale a todas

La respuesta, enseña el Talmud, es que ¡está incluida!
Rashi explica que juzgar a los demás en forma favorable se incluye en el concepto de promover la paz (#3). El Meiri dice que está incluida en Guemilut Jasadím (#2).
¿Qué nos importa esta inclusión?
El hecho de que esté incluida entre las categorías enumeradas en esta mishná nos enseña la importancia de esta mitzvá, ya que esta mishná sólo incluye excepcionalmente grandes mitzvot (ver Bavá Batrá 10a, Tosafot).

Para ilustrar la conexión que existe entre la paz y juzgar a otros favorablemente, concentrémonos en un incidente fascinante relatado en el Talmud (Taanit 21b):
«Abba Umna (el médico), era saludado diariamente con «Shalom» (saludo de paz) desde la metivta Celestial. Abaie era saludado semanalmente antes de Shabat y Rava, una vez por año antes de Iom Kippur. Abaie estaba angustiado por la superioridad de Abba Umna, pero le dijeron: «¡Eres incapaz de emular sus acciones!».
¿Cuáles eran sus extraordinarias acciones?

1) Suministraba tratamiento médico a mujeres y a hombres por separado (tzeniut).
2) Cubría a las mujeres con una bata para no exponerlas.
3) Tenía un cuarto privado cerca de su consultorio donde los pacientes solían dejar el pago en forma secreta. Si no podían pagar, nadie se enteraba y ellos no se sentían avergonzados.
4) En lugar de cobrar, él solía proporcionar atención médica gratuita y dinero a pacientes que eran estudiantes de Torá pobres.

Abaie mandó un equipo de sabios para probar a este extraordinario individuo. Fueron invitados a comer y les brindaron cuartos para dormir. A la mañana salieron con ropa de cama que obtuvieron de esa casa sin permiso, las que tomaron con ellos [como si fueran] a venderla en el mercado. Allí, se encontraron con su anfitrión y le pidieron que tasara los artículos. éste los evaluó en forma honesta. Luego le preguntaron cómo había juzgado sus acciones.
él respondió: «Supuse que tenían que recaudar para la mitzvá de pidión shevuim (rescate de cautivos) pero les daba demasiada vergüenza pedir directamente el dinero».
Los sabios respondieron: «Se los puede llevar ahora, [sólo estábamos probándolo]».
él dijo: «Ya decidí que deben ser para tzedaká, así que me niego a llevármelos de vuelta».

El Menorat HaMa’or (6:2) comenta que la razón principal por la que Abba Umna recibía un saludo diario del Cielo era ¡por juzgar a los demás en forma positiva!
(Esto se puede demostrar mediante el hecho de que Abaie no estaba satisfecho y no concluyó su investigación hasta que descubrió esta cualidad).

Según el enfoque de Rashi de que juzgar a otros favorablemente es el principio esencial para promover la paz, se entiende por qué se recompensaba a este gran hombre con un saludo diario desde el Cielo.

Clasificaciones

La clasificación de una mitzvá es útil para entender las pautas y lineamientos de dicha mitzvá. Juzgar a otros favorablemente tiene dos preguntas de clasificación posibles.
La primera es: ¿Se considera una mitzvá entre el hombre y Hashem, fundamentalmente para el propósito de promover la paz (Rashi), o es una forma de benevolencia o favor hacia una persona? (Meiri).

Una de las diferencias entre estos dos enfoques se da en una situación donde el receptor dice «Soy mojel» (yo perdono) o «No me importa lo que pienses de mí». En otras palabras: ¿tiene el receptor el derecho de eximirlo de la mitzvá con respecto a sí mismo?
Esto puede depender de dos opiniones: si se trata de un favor hacia una persona, él puede rehusarse a aceptar el favor. Sin embargo, si es una mitzvá entre el hombre y Hashem para promover la paz, la obligación no puede ser descartada por la otra persona.

* * *

La segunda pregunta es cómo clasificar esta mitzvá dentro de los veinticuatro crímenes que impiden que uno se arrepienta (ver Rambam, Hiljot Teshubá 4:4).

El juzgar a otros favorablemente, ¿está en la categoría de asuntos aparentemente menores que son en realidad graves (Rambam, Hiljot Teshubá 4:4) o se encuentra bajo el título de una ofensa que impide que uno sea receptivo a las enseñanzas de rabinos y
otros? (Meiri, Jibur HaTeshubá).

El Rambam (Hiljot Teshubá 4:4) agrupa «juzgar mal a otros» junto con lo siguiente:

1) El que acepta comida de alguien que no tiene suficiente para sí mismo, aun si se lo invitó a participar, es considerado un ladrón.
2) El que usa un mashkón (seguridad para un préstamo) de una persona pobre, tal como un hacha o un arado, racionalizando que dicho uso no va a reducir su valor, es igualmente culpable de robo (Rashi, en Bavá Metziá 114b, lo considera una forma de interés [ribit]).
3) El que mira fijamente a mujeres que le están prohibidas, no se da cuenta de que el hecho mismo de mirarlas es un gran pecado además de que lleva a otros pecados.
4) El que se compara a otros, aunque no estén presentes, para disminuir su importancia y honrarse a sí mismo.
5) El que sospecha de aquellos que son inocentes.

Del sistema de clasificación del Rambam podemos deducir que sospechar de otros y juzgarlos indebidamente se considera: a) un crimen real, como si uno hubiese arruinado la reputación de alguien (correspondiente a #1 y #2), b) conduce a otros pecados como lashón hará y odiar a un semejante judío (#3), c) disminuye la importancia de la persona ante los ojos de usted (#4), y d) implica que la víctima no tiene que estar presente para un pecado que se comete entre el perpetrador y la víctima (#4).

El enfoque del Meiri, que considera el sospechar de otros como una interferencia en nuestra capacidad para aprender de los demás, puede derivarse de la Mishná en Pirké Avot 1:6, que agrupa conjuntamente tener un maestro y un jabrutá (compañero de estudio), con ¡juzgar a otros favorablemente! Alguien que es culpable de sospechar de inocentes no va a tener éxito en mantener su relación con ellos. Puede cuestionar su lealtad hacia él y no ser receptivo a sus enseñanzas.

De manera similar, en la primera mishná de Pirké Avot, ser paciente en los juicios precede a la obligación de educar a muchos discípulos. El que prejuzga a otros no va a poder relacionarse con ellos y educarlos.

Moshe Goldberger

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