Buscando al niño perfecto
Extraido de jabad magazine.
Irving Breitowitz es Rabino en Woodside Sinagogue en Silver Springs y profesor asociado en la Universidad de Maryland
El concepto de creación de niños a nuestra imagen sea tanto por clonación como por ingeniería genética es una nueva y preocupante manera de ver la vida humana. En primer lugar, este fenómeno plantea la idea de la existencia de vidas que poseen más valor que otras, que son preferidas o más deseadas que otras. Esto representa una filosofía que deslegitimiza el incondicional valor de toda la vida humana.
El pueblo Judío, quien perdió seis millones de hermanos y hermanas como producto de esta teoría, debe ser muy cuidadoso de no avalar este concepto. Segundo, el nuevo mundo de “diseñadores de bebés” representa el crudo materialismo que observa al ser humano como un producto manufacturado donde sólo es necesario “mezclar y encastrar” diferentes piezas del organismo. El alma y la libre elección quedan fuera de la ecuación. Puedes obtener un “niño perfecto”, tan solo construyendo las secuencias correctas de ADN.
El extremo énfasis y la obsesión que recaen sobre la genética niegan la singularidad y unicidad del alma Divina, reduciendo al ser humano a una simple composición bioquímica. Mientras el proyecto del genoma humano avanza creando mapas y secuencias de la estructura genética, la pregunta que surge es si realmente existe la voluntad propia y la responsabilidad moral, ya que todo lo que somos y hacemos se encontrará predeterminado dentro de nuestro código genético.
Y así es que una de las cualidades que constituye parte de la base del Judaísmo es precisamente el hecho que el hombre no sea una criatura con instinto brutal y animal. La biología no es un destino y el hombre no es solo una simple creación de ADN. Tercero, ¿No estaremos interfiriendo y torciendo artificialmente el rango de diversidad genética que se encuentra dentro del plan Divino de Di-s? Quizá estemos generando consecuencias drásticas no-intencionales, que todavía no pueden ser dilucidadas. Cuando el Rey Jezekia no quiso tener hijos porque predijo (acertadamente) que su hijo sería un malvado, fue refutado por Isaías, quien le dijo ¿Acaso debes tú preocuparte por los secretos de Di-s? ¿Tal vez existan áreas en la vida donde deberíamos hacer uso de nuestra ignorancia y nuestra perspectiva limitada?
Aún desde el punto de vista científico podemos darnos cuenta que la matriz de la vida se encuentra tan entretejida e interrelacionada, que un simple cambio dentro de una de las áreas puede llegar a causar grandes repercusiones dentro de la otra. Más allá que no nos preocupemos por el imperativo moral de la cura de enfermedades, no podemos tolerar las interferencias que se producen dentro del Patrón Divino de la creación. Finalmente, ¿Cómo impactan estas tecnologías dentro de la estructura familiar, la cual funciona como el vehículo primario a partir del cual Di-s se manifiesta dentro del mundo?
El advenimiento de las tecnologías reproductivas abre la brecha entre la creación de la vida y la relación amorosa entre marido y mujer. El judaísmo nos enseña que toda vida se produce a partir de tres socios: el padre, la madre y Di-s. En la reproducción asistida uno de estos participantes está ausente. Consideremos a la mujer soltera que es fecundada a partir de un banco de espermas anónimos o a partir de la difundida donación de óvulos.
En el caso de la clonación, por ejemplo, ni siquiera se requiere del sexo masculino par la procreación. Teóricamente la mujer puede sacar una célula de la uña de su dedo, implantarla en uno de los óvulos, al cual previamente se la ha quitado el núcleo y luego, nueve meses más tarde, dar a luz una copia genética de ella misma, de la cual será el padre y la madre a la vez. Si realmente la unión de dos seres humanos trae un tercer integrante, ¿cuál será el impacto que tendrá la Divinidad en el alma, Di-s libre, cuando uno de los tres socios está ausente o no participa de la relación que debe ser realizada en un marco de santidad?
También debemos notar que la participación de otras personas en el proceso reproductivo, sea tanto a través de donación de esperma, como de óvulos o alquiler de vientre, no solo genera impresionantes y difíciles problemas halájicos de mamzeirut– incesto, linaje y gueirutsino que también tiene un efecto negativo en la relación hombre –mujer, la relación padre-hijo ¿qué padre?, y en la propia identidad del niño con respecto a su familia. Y, si, como dijimos anteriormente, el empalme genético permite la utilización de espermas y óvulos provenientes de distintas fuentes, se generará una gran confusión parental.
El Zohar enseña que a partir del sexto siglo del sexto milenio (Aproximadamente 1840 E.C) habrá una explosión de sabiduría que inundará el mundo, y mientras nos acercamos a la redención final el paso de estos descubrimientos se acelerará. Como todos los regalos Divinos, la sabiduría también puede ser utilizada para fines positivos y objetivos constructivos. Aun así, el hecho de traer almas a este mundo puede ser en sí mismo un factor que acelere la llegada del Mashiaj. Pero cuando aplicamos este regalo de Di-s de manera arrogante e indiscriminada, sin tener en cuenta la Voluntad Divina, esta “sabiduría” potencialmente beneficiosa se transforma, con el tiempo, en fuente de miseria y destrucción.
Rab. Irving Breitowitz