Balak
Libro Bamidbar (Números)
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Balak (2)

24

1 Bilaam vio que era bueno a los ojos de El Eterno bendecir a Israel, por lo que no fue como las otras veces hacia las adivinaciones, sino que dirigió su rostro hacia el Desierto.
2 Bilaam alzó sus ojos y vio que Israel habitaba según sus tribus y el espíritu de Dios estuvo sobre él.
3 Proclamó su parábola y dijo: «Las palabras de Bilaam hijo de Beor, las palabras del hombre del ojo abierto;
4 las palabras del que oye lo que dice Dios, el que ve la visión de Shadai, estando caído y con los ojos descubiertos:
5 Qué buenas son tus tiendas, Iaacov (Jacob), tus lugares de residencia, Israel;
6 que se extienden como arroyos, como jardines junto a un río, como áloes plantados por El Eterno, como cedros junto al agua.
7 El agua emanará de sus pozos y su simiente estará junto a aguas abundantes. Su rey será exaltado sobre Agag y su reino será elevado.
8 Es Dios El Que lo sacó de Egipto, de acuerdo con el poder de Su exaltación. Él consumirá las naciones que lo oprimen y aplastan sus huesos, y sus flechas las atravesarán.
9 Se agazapó y se recostó como un león, como un cachorro de león, ¿quién puede pararlo? Los que te bendicen son bendecidos y los que te maldicen son malditos».

10 La ira de Balak se encendió contra Bilaam y batió palmas. Balak le dijo a Bilaam: «Para que maldijeras a mis enemigos te convoqué, y he aquí que los bendijiste continuamente estas tres veces.
11 Ahora huye a tu lugar. Dije que te honraría pero he aquí que El Eterno te ha impedido el honor».
12 Bilaam le dijo a Balak: «¿Acaso no les dije a tus emisarios, a los que enviaste a mí, diciendo:
13 “Aun si Balak me diera su casa llena de plata y de oro, no puedo transgredir la palabra de El Eterno de hacer el bien o el mal por mi cuenta. Lo que El Eterno diga, eso diré”.
14 Y ahora, he aquí que me voy con mi pueblo. Ven, te aconsejaré lo que este pueblo le hará a tu pueblo en el Final de los Días».
15 Proclamó su parábola y dijo:
«Las palabras de Bilaam, hijo de Beor, las palabras del hombre del ojo abierto.
16 Las palabras del que oye lo que dice Dios y conoce el conocimiento del Supremo, del que ve la visión de Shadai, estando caído y con los ojos descubiertos.
17 Lo veré, pero no ahora, lo miraré, pero no está cerca. Una estrella ha surgido de Iaacov (Jacob) y un portador de cetro ha subido de Israel, y atravesará a los nobles de Moab y dominará a todos los hijos de Shet.
18 Edom será una conquista y Seir será la conquista de sus enemigos, e Israel alcanzará el logro.
19 Uno de Iaacov (Jacob) dominará y destruirá los restos de la ciudad».
20 Vio a Amalek y proclamó su parábola y dijo: «Amalek es la primera entre las naciones, pero su fin será la destrucción eterna».
21 Vio a los kenitas y proclamó su parábola, y dijo: «Fuerte es tu lugar de residencia y incrustado en una roca está tu nido.
22 Pues si los kenitas fueran arrasados, ¿hasta dónde Asiria podría tomarte cautivo?»
23 Proclamó su parábola y dijo: «Quién sobrevivirá cuando El imponga a éstos.
24 Grandes barcos de la costa de Kitim afligirán a Asiria y afligirán la otra orilla, pero él también será destruido para siempre».
25 Entonces Bilaam se levantó y se fue y regresó a su lugar, y Balak también se fue por su camino.

25

1 Israel se estableció en Shitim y el pueblo empezó a cometer adulterio con las hijas de Moab. 2 Ellas invitaban al pueblo a los sacrificios idólatras para sus dioses; el pueblo comió y se postró ante sus dioses.
3 Israel se unió a Baal Peor, y la ira de El Eterno se encendió contra Israel.
4 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «Toma a todos los líderes del pueblo. Cuélgalos ante El Eterno contra el sol, y la ira de El Eterno se alejará de Israel».
5 Moshé (Moisés) les dijo a los jueces de Israel: «Que cada hombre mate a los hombres suyos que se unieron a Baal Peor».
6 He aquí que un hombre de los Hijos de Israel vino y trajo una mujer midianita junto a sus hermanos, a la vista de Moshé (Moisés) y a la vista de toda la asamblea de los Hijos de Israel; y ellos lloraron a la entrada de la Tienda de la Reunión.
7 Pinjas, hijo de Elazar, hijo de Aarón el Sacerdote, vio y se paró en medio de la asamblea, y tomó una lanza en su mano.
8 Fue tras el israelita y entró a la tienda y los atravesó a ambos, al hombre israelita y a la mujer en su estómago, y la plaga cesó entre los Hijos de Israel.
9 Los que murieron en la plaga fueron veinticuatro mil.

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