Alusiones de la Torá a ambos exilios
(selección extraída del libro «Profecía y Providencia» por R. Meir Sokolovski, © Kest-lebovits)
En la Torá, y especialmente en los versículos de las Advertencias, hallamos referencias a los dos exilios que ha sufrido nuestro pueblo.
El Ramban, en su comentario a la Torá (Vaikra 26:16) explica los versículos de la Tojajá, y demuestra que la Torá hace alusión a ambos exilios:
Debemos saber y comprender que estas promesas que hallamos en Vaikra aluden al primer exilio, pues todo lo que dice acerca del pacto, del galut y de la redención se aplican al primer Beit haMikdash… y el pacto de Devarim 28 alude al exilio actual (el segundo), y a la redención que aún aguardarnos…
Luego el Ramban demuestra cómo la Tojajá (advertencia) de Vaikra se refiere necesariamente al primer exilio, mientras que la de Devarim se refiere al segundo. Estos son sus argumentos principales: en la Tojajá de Vaikra, la Torá advierte precisamente contra los mismos pecados por los cuales se destruyó el primer Beit ha-Mikdash, mientras que en la de Devarim, habla de los pecados por los cuales tuvo lugar el segundo jurbán (destrucción).
En Vaikra 26:15 dice: «os burlarais de Mis preceptos y vuestra alma aborreciera Mis juicios» y «haciendo que Mi pacto quede nulo«. El Ramban señala que en Vaikra la Torá menciona en forma explícita los altares idolátricos (bamot), las columnas de sol y otras tantas abominaciones similares, pues la gente servía a dioses foráneos y cometía muchos males… Pero en Devarim 28:15 no se menciona en absoluto que adoraran columnas de sol o dioses falsos. Lo único que dice es que «Y sucederá que si no obedecieras la voz del Eterno tu D-os observando todos Sus mandamientos y estatutos que hoy te prescribo… recaerán sobre ti todas estas maldiciones». En otras palabras, Israel sería castigado por transgredir ciertos mandamientos. Y, efectivamente, fue eso lo que ocurrió en la época del segundo Beit ha-Mikdash. Tal como dijeron los Sabios: «¿Por qué se destruyó el primer Beit ha-Mikdash? Por la idolatría, el adulterio y el derramamiento de sangre. ¿,Por qué se destruyó el segundo Beit haMikdash, considerando que mientras estuvo en pie los judíos estudiaron Torá y realizaron actos de bondad? Debido a que los judíos se odiaban los unos a los otros sin ninguna causa (sinat jinam)».
La Torá predijo que habría una diferencia entre los Acontecimientos que Precedieron a Ambas Destrucciones
Los castigos mencionados en Vaikra son: la espada, las bestias salvajes, la pestilencia, el hambre y, finalmente, el exilio. Y todo esto efectivamente ocurrió, tal como dice en forma explícita en Yirmiyahu 37-39. Por otro lado, en la Tojajá de Devarim 28:32-41 dice: «Tus hijos y tus hijas serán dados a otro pueblo ante tus ojos… Podrás engendrar hijos e hijas, pero no serán para ti, porque irán al cautiverio». No sería un galut en el que padres e hijos serían enviados al exilio conjuntamente. En Devarim, solamente los hijos serían tomados cautivos, mientras que los padres permanecerían en Eretz Israel. No hay mención de esto en las primeras Advertencias de Vaikra, porque en la época del primer exilio se exiliaban familias enteras. Recién en el segundo grupo de Advertencias que aparece en Devarim se habla de que los padres no irán al cautiverio junto con los hijos, pues cuando los romanos ocuparon la tierra tomaron a los jóvenes sin ningún tipo de restricciones. Además está escrito:
«Servirás a tus enemigos, a quienes el Eterno mandará contra ti, hambriento, desnudo y desprovisto de todo» (Devarim 28:48). Se trata precisamente de los trabajos forzados que tuvieron que hacer nuestros antepasados para los romanos en Eretz Israel, pues los romanos impusieron un yugo muy duro sobre sus habitantes, haciéndose dueños de sus cuerpos y de su dinero, y confiscando todos sus bienes.
El grado que alcanzó la tiranía de los romanos puede apreciarse a partir de las descripciones de Josefo. En relación a Floro, el último comisionado romano, dice lo siguiente:
No les eran ajenos el robo, el asesinato ni tantas otras fecharías. Fue un déspota cruel y malvado, que no conocía la vergüenza en lo que a pecados se refiere. Explotó a ciudades enteras y destruyó muchísimas comunidades. Impuso sanciones a prácticamente todos los habitantes de la tierra para poder quedarse con sus bienes. En su avaricia, destruyó distritos enteros.
En su comentario de las Advertencias, el Ramban agrega lo siguiente:
… Más tarde, Agripas II volvió a ingresar a la tierra con el emisario del emperador de Roma y capturó ciudades de la tierra de judea. Entonces se cumplió lo que dijo Moshe Rabenu: «Servirás a tus enemigos, a quienes el Eterno mandará contra ti, hambriento, desnudo y desprovisto de todo» (Devarim 28:48). Luego la Torá dice: «El Eterno hará que venga contra ti un pueblo de muy lejos… Te asediará por todos tus portales hasta que los muros más altos y fortificados se desplomen, no obstante la confianza que tenías depositada en ellos… Y llegarás a comer el fruto de tu propia carne, la carne de los hijos y las hijas que el Eterno te dio…» (Devarim 28:49-53). Vespasiano y su hijo, Tito, llegaron con un enorme ejército y capturaron todas las ciudades fortificadas de judea, oprimiendo con crueldad a los judíos. Se sabe que después de que derribaron las murallas de Jerusalén y el Beit ha-Mikdash, sólo quedó en pie el muro del Templo y los sitiados se comieron la carne de sus hijos e hijas. Y cuando por fin cayó el santuario, se cumplió el versículo 63 de este capítulo: «Y seréis arrancados de la tierra». (Comentario del Ramban sobre Devarim 28)
Rabí Itzjak Abarbanel, en su comentario de la Torá (Devarim 28:49), señala que en las Advertencias de Devarim la Torá menciona el ataque gentil a Eretz Israel en tres oportunidades. Esto, comenta, alude a las tres ocasiones en que los romanos se alzaron contra Jerusalén antes de lograr su conquista, en que destruyeron la ciudad y exiliaron a su pueblo. Además agrega que hay muchas alusiones más de la Tojajá que corresponden con precisión a los acontecimientos históricos que tuvieron lugar en el curso del jurbán.
El Cese de los Sacrificios y la Destrucción del Beit Ha-mikdash
En su comentario de Vaikra 26:31, el Ramban afirma:
«Y haré de vuestros santuarios una desolación y no aspiraré más los olores de vuestros sacrificios»: aquí D-os amenaza con destruir el primer Beit ha-Mikdash y con anular los sacrificios que hasta entonces El había aceptado en ese Beit ha-Mikdash. Por el contrario, en las Advertencias de Devarim, no hay mención del Mikdash o de la agradable fragancia de las ofrendas, ya que en el segundo Beit haMikdash no descendía más fuego del Cielo para consumir los sacrificios, como había ocurrido en el primero (ver Yoma 21b).
La Torá Predijo Como Sería el Invasor
El Ramban comenta sobre Devarim 28:4:
«El Eterno hará que venga contra ti un pueblo de muy lejos, desde el extremo de la tierra, rápido como el águila»: esto hace alusión a la llegada de los romanos, que venían de muy lejos. Y luego dice: «un pueblo que no conoces; un pueblo cuya lengua no comprenderás» (28:36-49): como los romanos vivían tan lejos, no comprendíamos su idioma. En Vaikra no se hace mención de esta dificultad, porque la Tojajá se refiere al exilio a Babilonia y Asiria, que están cerca de Eretz Israel, y cuyas lenguas les resultaban familiares al Pueblo Judío.
El Ramban podría haber mencionado otro detalle de la profecía, «rápido como el águila», que resulta especialmente apropiado para describir la invasión romana, pues los que portaban los estandartes de los ejércitos invasores llevaban el símbolo del águila romana en sus banderas. Josefo describe así la apariencia de las legiones romanas: «Y entonces aparecieron las banderas blasonadas con el águila. Y como el águila es el rey de todos los pájaros, y el más osado de todos ellos, para ellos es el símbolo del Imperio Romano» (Las guerras de los judíos 3:6)
La Torá Predijo la Duración del Exilio Babilónico
El Ramban comenta sobre Vaikra 26:34,35:
«Entonces gozará la tierra sus Shabat… por todo el tiempo que dure la desolación ha de descansar, por todos los Shabat que no respetasteis mientras morabas en ella»: es decir, que la cantidad de años que duró el exilio babilónico es la misma cantidad de años que la gente no había cuidado las leyes del año sabático. Además la Biblia afirma (Divrei ha Iamim 11 36:21), en relación a aquel exilio, que fue «para cumplir la palabra de D-os por boca de Yirmiyahu, hasta que la tierra sea recompensada por todos sus Shabat; porque todo el tiempo que permaneció desolada, pudo descansar, en total setenta años». Así es advirtió D-os, y así fue como ocurrió. Pero las Advertencias de Devarim, que tratan de la segunda Destrucción y el segundo exilio, no hacen ninguna alusión ni a la iniciación ni a la duración del exilio. Ni tampoco promete D-os la redención, sino que la hace depender de nuestro arrepentimiento.
En su Carta a Yemen, el Rambam escribe que los Profetas advierten que el segundo exilio habrá de prolongarse. En Yeshayahu 24:22, dice: «Y al final de muchos días serán recordados», mientras que Javakuk 2:3 profetiza: «Por cuanto todavía no se cumplió el plazo señalado para la visión… aunque tarde en llegar, espérala».
R. Meir Sokolovski