Abrir un Mar de Posibilidades
Extraído de Autoestima, por el Rab Ezriel Tauber
[..] La palabra Mitzraim puede dividirse en metzer yam ‘limitación en el mar’. La palabra hebrea yam consiste de dos letras: yud y mem. El valor numérico de yud-mem equivale a 50. Cincuenta representa lo infinito. La cincuentava puerta de la impureza es el punto de no retorno. Inversamente, la cincuentava puerta de la santidad es la puerta del Uno Infinito -finalmente incomprensible e ilusoria. Yam, (valor numérico de 50) entonces representa lo infinito. (Similarmente, la gente asocia el mar con lo ‘inmenso desconocido’. Y las aguas corrientes tienen un efecto hipnótico y tranquilizante, como si uno estuviera contemplando lo infinito).
Mitzraim -metzer yam, ‘limitación en el mar’- significa limitación en lo infinito. Mitzraim no te deja entrar al reino de jidush, la renovación perpetua- lo infinito.
La caída de Mitzraim es kriat yam suf, la partición del Mar Rojo (literalmente, del Mar de ‘Suf’). Nuestro trabajo es partir constantemente el muro de encierro y limitación que es Mitzraim. No hacer así, constituye una esclavitud espiritual; te vuelves un esclavo del programa fijado en la creación, bereshit bara Elokim. Eres parte del mundo natural, nada más.
La letra mem, equivale numéricamente a 40, simbolizando lo físico. Yud, la letra básica, la más pequeña, equivale numéricamente a diez, representa la espiritualidad. No obstante, solamente cuando la yud se combina con la mem, la suma equivale a 50. Sólo cuando lo material se llena de lo espiritual resulta lo infinito.
El Zohar señala que las letras de la palabra shamayim ‘cielo’, son esencialmente las mismas letras que la palabra neshamá, ‘alma’ neshamá se deletrea nun, shin, mem hey; shamayim se deletrea shin, mem, hey, pero en lugar de nun (nun equivale a 50) es yud y mem (juntas suman 50). Shamayim es entonces, el potencial en bruto. La yud y la mem en la palabra shamayim están todavía separadas. Si conectamos la yud con la mem, el espíritu con lo material, la yud-mem se convierte en una nun, y la palabra hashamayim se convierte en neshamá.
¿Quién convierte shamayim en neshamá? Aquél que une la yud con una mem; por lo tanto dándole a la mem jidush ilimitado. Y ése es nuestro trabajo. Mitzraim es metzer yam, ‘limitación en el yam (mar)’, es decir, rodeando la yud-mem de manera que no podamos unirla con la nun. Tenemos que representar kriat yam suf, partir el yam circundado (suf, también se lee sof, limitado, es decir circundado). No somos matzer; no estamos limitados. Podemos penetrar y transformar la yam en nun; podemos convertir shamayim, la neshamá potencial, en una verdadera neshamá y por lo tanto, elevarnos sobre la naturaleza humana -un nivel dado a nosotros por Hashem desde el principio- y convertirnos en un judío -un nivel de creación puesto en práctica desde yetziat Mitzraim.
Si uno entiende que en cada momento una nueva creación espera en potencia, entonces nunca se va a sentar y permanecer ocioso. No hay manera en la que uno pueda permanecer insensible a un momento. Mientras más entiendes el poder de jidush -que puedes hacer una creación completamente nueva- más cerca estás de la cincuentava puerta de la santidad, el nivel más alto posible (el ‘piso cincuenta’ como dijimos anteriormente). Entonces, mientras más entiendas el regalo de yetziat Mitzraim -que por abandonar Mitzraim dejas una situación finita por una situación potencialmente infinita- haaré ze meshubaj. Estás utilizando plenamente este potencial ilimitado que Hashem planeó en la creación. Esto es lo que es Pésaj.
Rab Ezriel Tauber