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¿A quien se parece?

Por Irving Breitowicz. Extraido de jabad magazine

El concepto de hacer a los niños a nuestra imagen -sea clonado o través de la ingeniería genética- es una nueva y perturbadora manera de ver la vida humana. Primero, hace pensar que cierto tipo de vidas son más valiosas / cuidadas / preferidas que otras y esto representa una filosofía que el deslegitima el valor incondicional e infinito de toda la vida humana. Los judíos que perdieron seis millones de hermanos precisamente debido a semejante filosofía de deslegitimación, deben ser especialmente cautos en adaptarlo.

Segundo, el nuevo mundo de los diseñadores de bebés representa una cruda determinación materialista, que ve el organismo humano como un artículo fabricado fuera de “la mezcla y coincidencia” de partes compuestas, y factores fuera del alma y la libre opción de la ecuación. Usted “obtiene” un niño perfecto construyendo las sucesiones de ADN apropiadas. El sobreénfasis, más bien obsesión, con la genética niega la singularidad y exclusividad del alma Divina, reduciendo la humanidad al total de la suma de su composición bioquímica. De hecho, mientras el Proyecto de Genoma Humano continúa trazando el mapa y sucesión de la estructura genética de todo el organismo humano, se ha planteado la pregunta si existe algo llamado libre albedrío o responsabilidad moral, ya que todo lo que somos y todo lo que hacemos ya está grabado previamente en nuestro código genético. Y esa es precisamente la única capacidad del hombre de no ser una criatura de tosco instinto que es el sello del Judaísmo. La biología no es destino y el hombre es mucho más que la formación de su ADN.

Tercero, ¿estamos interfiriendo o estamos sesgando artificialmente el rango de diversidad genética que es parte del plan de Di-s? ¿Estamos generando drásticas e imprevistas consecuencias que quizás no pueden preverse? Cuando Rey Jizkia se negó a tener hijos porque profetizó (y correctamente) que su hijo sería malo, fue reprendido por el Profeta Iehsaiahu: “¿Quién eres para entrometerte en los secretos de Di-s?” ¿Hay áreas dónde debemos conceder nuestra ignorancia y perspectiva limitada? Incluso desde un punto de vista científico, hemos llegado a comprender que la matriz de la vida se entreteje y se interrelaciona tanto, que un cambio aparentemente menor en un área puede tener enormes repercusiones en otro. Así que no cuestionamos el imperativo moral para curar una enfermedad, pero hay más allá de ese punto, algunas interferencias con un modelo Divino que no deben ser respaldadas.

Finalmente, ¿cómo impactan estas tecnologías en nuestra estructura familiar- el vehículo primario a través del que la Divinidad entra en el mundo? El advenimiento de tecnologías reproductivas ha producido incompatibilidad entre la creación de la vida y la relación amorosa de un marido y su esposa. El Judaísmo enseña que en cada vida hay tres socios: el padre, la madre y Di-s. Pero en la reproducción asistida, uno de los socios humanos puede estar faltando. Considere a una mujer que es inseminada de un banco de esperma anónimo o el uso extendido de óvulos donados. Clonando, uno no necesita de la parte masculina en absoluto.

En la teoría, una mujer podría tomar el ADN de su uña, hacerlo insertar en uno de sus óvulos en que el núcleo ha sido retirado, luego lo trasplantan a su útero, y en nueve meses dará a luz a una copia genética de ella, para la que es ambos: “padre” y madre. Si es de hecho verdad que la unión de dos humanos trae a un tercero, ¿cuál es el impacto en la santidad del alma, la porción de Di-s, cuándo esos compañeros están ausentes o no existen en una relación santificada?

También debe notarse que la participación de terceras partes en el proceso reproductivo- sea a través del esperma, óvulos, o gestación sustituta- no sólo genera problemas Halájicos (ley judía) difíciles como mamzerut (incesto), linaje, y gueirut- sino lleva en sí mismo un impacto negativo en la relación del marido y su esposa, la relación del padre con el hijo (¿qué padres?).Y en el propio sentido de identidad y familia del niño. Y si, como se dijo antes, los genes acoplados habilitarán e incitarán la creación de un esperma y un óvulo de fuentes múltiples, la confusión de linaje se aumentará enormemente.

El Zohar enseña que comenzando el sexto siglo del sexto milenio (aproximadamente 1840 e.c.), habrá una explosión de sabiduría que abarcará el mundo y, como nos acercamos a la última redención, la llegada de esos descubrimientos sólo la acelerará. Como todos los regalos Divinos, estas sabidurías pueden usarse para fines positivos y metas constructivas. De hecho, el traer almas al mundo es un factor que acelera la llegada del Mashiaj. Pero cuando se aplica arrogante e indiscriminadamente, sin la subordinación a la Voluntad Divina, esta “sabiduría” potencialmente tan beneficiosa, se vuelve a la larga en una fuente de destrucción y miseria.

Irving Breitowicz

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