A buen entender pocas palabras..y una bendicion

Extraido de jabad magazine
Cuando asistía a la escuela elemental judía de estudios religiosos y seculares – mis compañeros de clase y yo encontrábamos divertido un cartel que colgaba al lado del baño. Era una antigua bendición judía, llamada la bendición del Asher Iatzar que se suponía era recitada después de salir del baño.
Para niños de escuela primaria, no había nada más extraño o ridículo que asociar los actos de micción y defecación con palabras santas que mencionaban el nombre de Di-s. Las bendiciones estaban reservadas para las plegarias, durante los días santos, o para agradecer a Di-s la comida o por algún acto de liberación, pero ciertamente no por una función corporal que evocaba afectadas muecas y risitas.
Me tomó varias décadas comprender la sabiduría que reside en esta bendición que ha sido compuesta por Abaie, rabino babilónico del siglo IV. La bendición aparece en el Talmudtrabajo enciclopédico de erudición y ley judía que fue escrito durante los primeros cinco siglos de la era común. La religión judía está repleta de estas bendiciones, o brajot, como se llaman en hebreo.
De hecho, un tratado entero del Talmud, de 128 páginas, es consagrado a las bendiciones. En la página 120 (Brajot 60b) del antiguo texto dice: “AbaIe dijo: cuando uno sale del privado debe decir: Bendito Eres Tu, Hashem nuestro Di-s, Rey del Universo, quién ha formado al hombre con sabiduría y ha creado en él numerosos orificios y cavidades. Es obvio y conocido ante el Trono de Tu Gloria que si apenas uno de ellos fuera obstruido, o fuera abierto, sería imposible sobrevivir y existir siquiera un instante. Bendito eres Tu Hashem, que sana toda carne y hace maravillas“
Se supone que un judío observante recita esta bendición en hebreo después de cada visita al baño. A nosotros, como estudiantes jóvenes se nos recordaba nuestra obligación de recitarla con los carteles que colgaban al lado de las puertas del baño. ¡¡¡Una cosa, sin embargo, es divulgar estas señales y realmente otra es esperar realísticamente que preadolescentes tuvieran la madurez para comprender la sabiduría y necesidad de recitar una bendición de 1600 años de antigüedad referida a las funciones corporales!!!
No fue hasta mi segundo año de medicina que empecé a entender lo adecuado de esta corta oración. Me mostró las terribles consecuencias de errores menores en la estructura y función del cuerpo humano. Por lo pronto, comencé a no tomar por regalada la normalidad de mis viajes al baño.
En cambio, empecé a comprender cuántas cosas tenían que operar correctamente para que estas interrupciones menores de mi rutina diaria marcharan cómodamente. Pensé en Abaie y su bendición. Recordé mis días de Ieshivá y lo tonto que me había parecido ese cartel fuera del baño. Pero después de ver pacientes cuyas vidas giraban alrededor de sus máquinas de diálisis, y otros con colostomías y catéteres urinarios, comprendí cuán sabio había sido el Rabino.
Y entonces sucedió: Empecé a recitar el brajá de Abaie. Al principio tenía que acudir a mi Sidur, libro de plegarias judío, para recitar el texto. Con la repetición – ya que hay muchas oportunidades para un novicio para aprender bien esta bendición – podía recitarla fluidamente y con sinceridad y comprensión. A través de los años, recitar el asher iatzar se ha vuelto para mí la oportunidad de dar gracias no sólo por el funcionamiento apropiado de mis órganos excretorios, sino por mi buena salud global.
El texto, después de todo, se refiere a las catastróficas consecuencias de la ruptura u obstrucción de cualquier estructura corporal, no sólo aquéllas del tracto urinario o gastrointestinal. Por ejemplo, ¿Abaie podía prever que una “obstrucción” de la “cavidad“ o lumen, de la arteria coronaria llegaría a convertirse en la causa más común de muerte en los países industrializados 16 siglos después?
Me he preguntado a menudo si otras personas también anhelan expresar de alguna manera la gratitud por su buena salud. Los médicos sobre todo, quiénes periódicamente están expuestos a las devastaciones que la enfermedad puede causar, a veces deben sentir la necesidad de expresar gracias por el bienestar. Hubo un paciente inolvidable, cuya historia reforzó para mí la verdad y belleza del asher iatzar para siempre.
Josh era un estudiante de 20 años que sufrió una fractura de su tercer y cuarta vértebra cervical en un accidente automovilístico. Estuvo cerca de morir debido a su lesión y requirió intubación de emergencia y apoyo respiratorio. Inicialmente estaba totalmente cuadripléjico. Le siguió un periodo largo y difícil de estabilización y rehabilitación. Había prometedoras señales de recuperación neurológica durante los primeros meses que vinieron inesperadamente: el movimiento de un dedo aquí, la flexión de un dedo del pie allá, un retorno de sensación aquí, etc.
Con increíble valor, trabajo arduo, y un terapeuta físico excelente, Josh mejoraba día a día. Al tiempo, y después de lo que parecía un milagro, podía caminar despacio con una abrazadera en la pierna y un bastón. Pero Josh continuaba requiriendo de la cateterización intermitente.
Sé muy bien los problemas y riesgos de peligro que este joven enfrentaría por el resto de su vida debido a una ampolla neurogénica. Los urólogos eran muy pesimistas sobre sus oportunidades de no requerir la cateterización. No lo habían visto jamás después de una lesión del cordón espinal de esta severidad. Entonces lo imposible sucedió.
Yo estaba allí el día que Josh no requirió de un catéter urinario. Pensé en la oración del asher iatzar de Abaie. Señalando que no podía imaginar un guión más significativo para recitar, sugerí a Josh, quién también era un graduado de la Ieshivá, que recitara la plegaria. él estuvo de acuerdo. Cuando recitó la antigua brajá (bendición), un manantial de lágrimas fluyó de mis ojos. Josh es mi hijo.
Kenneth M. Prager M.D. (del centro medico NY)
Bendito sea HASHEM . No sabia q era para el baño, l hacia solo en las mañana. Pero desde ahora lo hare siempre después del baño. Gracias por dejar me saber y Sea usted Bendecido desde El Cielo
Hermoza historia ,Muy conmovedora,la bendicion es nuesta forma de hablar con el Rey del Universo , nuestro DIOS .
Todas las formas de recuerdo de D’s me sanan
Que hermoso testimonio. Y hacerlo saber , e aprender así muchos saben lo bueno que es poder tener todo nuestro cuerpo y agradecer el buen funcionamiento..