6. Nétzaj-Hod-Iesod
Extraido del Tania Completo.Conceptos Místicos en el Jasidismo por el Rabino Jacob Immanuel Schochet
Estas tres sefirot, también, forman una tríada conocida con el acróstico de NeHÍ. Su importancia básica, así como también la característica de su relación, es que Nétzaj, Hod y Iesod son los receptáculos para los tres Patriarcas, es decir, Jésed, Guevurá y Tiferet. En otras palabras, estas tres Midot “inferiores” sirven de herramientas, recipientes o canales por los cuales las precitadas Midot “superiores” logran su propósito y objetivo. Esto no significa que NeHÍ es idéntico a JaGaT: Nétzaj es meramente una rama y canal de Jésed, Hod de Guevurá, y Iesod de Tiferet.
Jésed-Guevurá-Tiferet son la esencia misma de los atributos que implican y están directamente influenciados y dirigidos por Jojmá, Biná y Dáat. Una vez que los atributos de JaGaT son establecidos por JaBaD, forman disposiciones para concretarse a sí mismos. Estas disposiciones ya no están influenciadas o controladas directamente por JaBaD sino que son las disposiciones simples, supra-racionales, que buscan llevar los atributos de JaGaT a su conclusión lógica. Estas disposiciones son Nétzaj, Hod y Iesod, que actúan, como si fuera, por simple fe, o “mecánicamente”, más que por el estímulo de la razón (Séjel) como lo hace JaGaT.
También, pese a su identificación como ramas o derivados de sus predecesoras, Nétzaj no es siquiera proporcionalmente idéntico a Jésed, ni Guevurá a Hod, ni Iesod a Tiferet. Pues dado que evolucionan por medo del abarcante atributo de Tiferet que incluye en sí tanto Jésed como Guevurá, Nétzaj no posee la intensidad simple de Jésed, ni Hod la de Guevurá. Lo mismo con Iesod, aunque media entre Nétzaj y Hod como Tiferet entre Jésed y Guevurá, por la antedicha razón difiere de Tiferet no sólo en intensidad, sino más significativamente porque tiende hacia Hod (el lado de Guevurá) mientras que Tiferet —como hemos visto— tiende hacia Jésed. Por otra parte, mediante Tiferet, Nétzaj también es capaz de recibir y aplicar los aspectos positivos de Guevurá mientras Hod es capaz de recibir el flujo de Jésed, mitigando de esa manera su aspecto de la severidad de Guevurá.
Otra distinción sustancial es la siguiente: A diferencia de las otras Midot, Nétzaj y Hod comúnmente van emparejadas juntas. El Zohar se refiere a ellas como “dos mitades de un cuerpo, casi como mellizos”. Y similarmente los términos que se relacionan con estos dos atributos están comúnmente íntimamente relacionados uno con el otro. En este contexto, y en vista de lo dicho, Nétzaj y Hod se denominan “los apoyos de las sefirot superiores”, análogos a las caderas, muslos o piernas del cuerpo humano que sostienen el cuerpo entero (incluyendo la cabeza). En consecuencia, son vistos como estando fuera del cuerpo mismo, o sea, fuera del cuerpo de JaBaD y JaGaT —aunque sostienen al cuerpo— conduciéndolo a su destino en general y canalizando a Jésed y Guevurá en particular. Así, como se dijera, están en el nivel de la actividad, preocupados directamente con la emisión definitiva de Jésed y Guevurá.
En la metáfora del hombre, Nétzaj y Hod son los “riñones que aconsejan”. O sea, en el momento de las emanaciones concretas desde las Midot superiores es preciso deliberar cómo han de emanar de tal suerte que resulten justos y benéficos. Por ejemplo, cuando un padre desea transmitir alguna información intelectual a su hijo, no puede enseñarle los datos simples por sí mismos tal como están en su propia mente.
El padre ya ha reflexionado sobre la información; en su propia mente ésta es clara; él la comprende plenamente. Pero cuando ahora encara a su hijo con esta información (es decir, tal como es por sí misma y en su totalidad) sin rebajar el razonamiento al nivel del niño, éste será incapaz de comprenderla y absorberla. Si ésta ha de ser transmitida efectivamente, el padre precisa tomar en cuenta las facultades limitadas de la mente de su hijo y enseñarle en consonancia.
Hay dos consideraciones: por un lado enseñar al niño tanto como sea posible (una noción de Jésed), y por otra parte retener del niño aquello que éste es, por ahora, incapaz de absorber (una noción de Guevurá). Estas consideraciones —la deliberación del padre y la disposición de los datos y el razonamiento de tal suerte que el niño sea capaz de captarlos efectivamente— son funciones de Nétzaj y Hod.
Nétzaj, así, representa el atributo de Persistencia, de predominar y mantenerse firme contra todo lo que retendría o interferiría (esto es, los aspectos de Guevurá) con el flujo de la Benevolencia Divina (Jésed), y conquistarlo. Hod busca restringir (Guevurá) el exceso de absorbencia, preservar el Esplendor y la Majestad Divina de resultar disipada en la abundante Benevolencia (Jésed).
Ahora bien, para llevar la mencionada metáfora un paso más allá: Si la mente del padre no está dispuesta a enseñar a su hijo, el hijo no puede ser un receptor eficiente para el conocimiento del padre. Si la transmisión de información ha de ser plenamente efectiva, de la persona se requiere no sólo una iluminadora clarificación y la presentación de los datos en proporción con la capacidad del estudiante, sino también, y no menos importante, un vínculo interior entre el maestro dador y el estudiante receptor. No basta con que el padre se ponga momentáneamente en el nivel del hijo (la deliberación de Nétzaj y Hod), sino que debe crear un canal de comunicación: debe unirse con el hijo, crear un vínculo entre ellos. De hecho, el grado mismo de iluminadora clarificación depende de ese nexo.
La mente del padre necesita disponerse a enseñar a su hijo; debe querer enseñarle. Y cuanto mayor el deseo del padre de enseñar —que surge del amor del padre por su hijo— tanto más intenso es el nexo que une a ambos, y mayor y más intensa la eficacia de los esfuerzos del padre. Si el hijo oyera a su padre enunciando los datos para sí mismo, sólo captaría algunos puntos de información — especialmente cuando oye a su padre enunciarlos con claridad y en forma detallada. Pero este tipo de nuevo conocimiento adquirido no se compara de manera alguna con el conocimiento más profundo que habría adquirido si el padre le hubiera enseñado directamente, con amor y ganas. Este nexo que vincula al Emanador con el Receptor es el atributo de Iesod.
Tal como Tiferet media entre Jésed y Guevurá, Iesod media, combina e integra Nétzaj y Hod. Además, como el tercero, el principio armonizador de estas sefirot activas que integran en sí las sefirot esenciales precedentes, Iesod es el canal de combinación de todas las sefirot precedentes: todas las sefirot “derraman” su luz en Iesod, y Iesod sirve como el principio que lo incluye todo uniendo cielo con tierra, haciendo posible que las emanaciones de las sefirot emanen efectivamente a las criaturas. Así, Iesod es el Fundamento de la creación.
Rabino Jacob Immanuel Schochet