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2) Keter: La Voluntad de las Voluntades [2]

Extraído de «Anatomía del Alma» escrito por Por Jaim Kramer Con Abraham Sutton . Traducido al Español por Guillermo Beilinson

En uno de sus discursos clásicos sobre este tema, el Rabí Natán define de esta manera a la voluntad: la voluntad es la fuerza más importante en la vida. El hombre debe acostumbrarse en cada momento de su vida a esperar, a desear y a anhelar la Divinidad estudiar Su Torá, cumplir con Sus mitzvot y servirLo como corresponde (Likutey Halajot, Arev 3) .

El Rebe Najmán enseñó que la voluntad es el principal servicio al Santo, bendito sea. Ni siquiera los ángeles pueden decir que sirven verdaderamente al Santo, bendito sea, tal como corresponde en virtud de Su grandeza y elevación, más allá de toda descripción. Si es así, cómo puede el hombre servir alguna vez al Santo, bendito sea? A través del deseo de servir al Santo, bendito sea. En esta área todas las personas son iguales.
Aunque todos somos diferentes y no hay dos personas que tengan los mismos deseos, la voluntad y el deseo de cada persona actúan como sus poderes más grandes en esta búsqueda por alcanzar los niveles más elevados (ver Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov #51) .

Aquél que dirige su voluntad hacia Dios podrá elevarse a un nivel de verdadera espiritualidad. Incluso si es detenido por fuerzas externas y se ve impedido de cumplir su deseo en el servicio a Dios, esto no es usado en su contra. Mientras no pierda la esperanza de desear hacer el bien y de servir a Dios, podrá recibir su recompensa, pues su deseo estaba dirigido en la dirección correcta.

La principal recompensa que le aguarda al alma es alcanzar la Voluntad Absoluta que, en el lenguaje del Zohar es llamada Ra’ava d’Ra’avin
(literalmente, La Voluntad de las Voluntades). El alma fue hecha descender desde los ámbitos más elevados para habitar aquí abajo, en este universo material. Mientras el alma se encuentra encapsulada en un cuerpo terrenal, la persona debe aprender a dirigir su voluntad hacia la Voluntad de su Creador. Podemos comparar esto con el sentimiento de dos personas muy apegadas entre sí. Cuanto más grande sea la distancia que las separe, más grande será su deseo y voluntad de volver a estar cerca. De manera similar, el alma ha viajado desde los niveles más elevados Keter hacia este mundo inferior. Aquí debe aprender a dirigir su voluntad para retornar a su Fuente y merecer la cercanía con Dios en el Mundo que Viene.
Por otro lado, la voluntad negativa aleja a la persona de Dios; así como los buenos deseos llevarán en última instancia a la persona hacia las buenas acciones, los malos deseos harán descender a la persona, distanciándola de Dios.

El Rabí Natán continúa explicando que dado que Keter es la primera manifestación de la Voluntad de Dios para crear el mundo, todo en la creación refleja un aspecto de la Voluntad de Dios (ver también Likutey Moharán I, 17:1) . Es por esto que el hombre puede encontrar a Dios en todas partes, pues Su Voluntad está presente en todas las cosas. Así, no existe la desesperanza para aquél que busca la espiritualidad, pues no importa dónde se encuentre ni en qué nivel esté, siempre podrá encontrar a Dios. Esta es la principal tarea del hombre en la vida, anhelar y buscar la Divinidad (Likutey Halajot, Arev 3:1-5) .

Explica también el Rabí Natán que la recompensa para el que busca la espiritualidad es la capacidad de avanzar espiritualmente con un constante aumento de la conciencia y el conocimiento de Dios, para alinear su voluntad con la Voluntad de Dios y ser incluido en Su Unidad. Al dirigir la voluntad para servir a Dios con lo mejor de nuestras capacidades, nos conectamos con Keter, la Voluntad Absoluta.
Como hemos visto, dado que Keter se define como el Propósito Final de la creación y la recompensa del Mundo que Viene, la persona puede de hecho experimentar y vivenciar su recompensa eterna incluso en este mundo (Likutey Halajot, Netilat Iadaim LiSeudá 6:57) .

Es interesante notar que el Rebe Najmán enseña que mediante el acto de comer Es posible alcanzar la elevada conciencia de esta voluntad (Likutey
Moharán
II, 7:10) . Esto es sorprendente a la luz del hecho de que la voluntad representa a Keter, el nivel espiritual más elevado, mientras que comer parece ser una función vulgarmente mundana. Sin embargo, explica el Rabí Natán, el acto de comer facilita el logro del objetivo espiritual del hombre en este mundo: sostiene la vida, manteniendo el alma conectada al cuerpo. Esto ocurre especialmente al comer con intención de obtener las fuerzas necesarias para el logro de la espiritualidad, pues este tipo de comer eleva las chispas de santidad que se encuentran en la comida. Comer con esta actitud puede llevar a la persona a un intenso deseo y voluntad por lo espiritual (al punto en que pueda unirse prácticamente con Keter) (Likutey Halajot, Netilat Iadaim LiSeudá 6:45) .

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