Todos los comienzos son difíciles
Extraído de Cultivar rosas entre espinas. Rab Noaj Orlowek
Nuestros Sabios nos enseñaron que todos los comienzos son difíciles. Cuando una persona sabe desde el principio que la solución a un problema será difícil, este conocimiento la ayuda a superar su desaliento.
Morí VeRabí HaGaón Rab Jaim Pinjas Scheinberg, shlita, dijo: «Si el comienzo no es difícil, entonces quiere decir que todavía no has comenzado».
Hay varias interpretaciones muy bellas sobre esta idea, y me voy a referir a aquéllas que son apropiadas para la resolución de problemas.
1. El Principio es Determinante. El comienzo es la base de todo lo que sigue. En este contexto, «difícil» significa determinante, porque la dirección que tomamos desde el punto de partida fija el lugar a donde llegaremos.
2. Encontrar el Lugar Adecuado Desde Donde Comenzar. Cuando enfrentamos un problema complicado, es bueno comenzar con algún triunfo inicial para lograr alentar a todos los implicados. No siempre es fácil encontrar el punto donde se puede avanzar con facilidad, especialmente si el problema parece insuperable y monolítico. En este contexto, «difícil» significa «difícil de localizar».
3. Nuestra Responsabilidad. Cambiando de enfoque, el Beit HaLevi dice que nuestra responsabilidad es por lo menos comenzar. Tal vez esté fuera de nuestra capacidad resolver el problema por completo, pero ¡por lo menos empecemos! En ese mismo sentido, el Sfat Emet nos dice que todo comienzo verdadero, es decir, todo comienzo que nos lleve a un cambio permanente, deberá iniciarse con nuestro trabajo más serio y sincero.
Al comenzar nuestra búsqueda de una solución a un problema molesto y doloroso, debemos purificar el corazón y empezar con humildad y plegarias para lograr la ayuda de Hashem.
Esto nos lleva a otro aspecto que, como ya dijimos, tenemos que recordar firmemente antes de comenzar a intentar resolver problemas:
HABRá ALGUNOS PROBLEMAS QUE APARENTEMENTE NO TENDRáN NINGUNA SOLUCIóN
Como ya dijimos al comienzo de este capítulo, da la impresión de que hay algunos problemas que son imposibles de resolver. Nuestra actitud hacia ellos deberá reflejar la siguiente idea expuesta por el Bene Isasjar:
Hay un famoso problema teológico: ¿cómo es posible que tengamos libre albedrío si Hashem puede prever nuestras acciones? No tenemos ninguna respuesta completamente viable para este problema. Entonces, ¿cuál es la función de esta pregunta sin respuesta (en un mundo donde cada parte de la Creación es perfectamente funcional)? Su función es enseñarnos que en esta vida nos toparemos con preguntas y problemas para los cuales no tendremos solución. ésta es una parte intrínseca de nuestra condición humana, y si bien podemos tratar de resolver nuestros problemas, nunca debemos pensar que todos ellos serán resueltos.
La verdad es que son relativamente pocos los problemas que total y permanentemente escapan a toda posible solución. En el próximo capítulo veremos que cuando logramos encontrar un remedio parcial para aliviar aunque sea una pequeña parte de un problema insuperable, ya se produce un cambio en toda la perspectiva del mismo. Esto se debe en gran medida al cambio radical de nuestra propia actitud hacia el problema y hacia nosotros mismos, al vislumbrar alguna posibilidad de cambio exitoso. Por esta razón, nuestra actitud hacia el problema que parece insuperable debe constar de dos aspectos:
1. La aceptación del hecho de que ese problema existe y que es una parte normal de la vida.
2. Continuar buscando alguna parte pequeña del problema en donde se pueda introducir algún tipo de cambio, aunque sea ínfimo.
Esto nos lleva a la actitud final a la que quisiera referirme antes de dar cualquier consejo sobre el aspecto práctico de la resolución de problemas. Tal vez ésta sea una de las actitudes más importantes y un ingrediente indispensable para una vida generalmente estable y feliz.
SENTIR PLACER POR LOS CAMBIOS PEQUEñOS
Lamentablemente, vivimos en un mundo en el cual las personas pueden llegar a ser mezquinas cuando se trata de alentar a los demás. Para renovar nuestras energías y nuestra determinación durante lo que puede ser el largo y doloroso proceso de resolución de algún problema, a veces debemos aprender a alentarnos a nosotros mismos. Una de las mejores maneras de lograrlo es sintiendo placer, satisfacción, alegría y, sobre todo, esperanza al notar pequeños cambios. En el próximo capítulo explicaremos cómo medir estos pequeños cambios.
El Rab Wolbe, zt»l, contó que durante la Guerra de Iom Kipur, voló a Egipto para hablar con los soldados y el avión en el cual viajaba de repente descendió a tal altitud que casi iba pegado a la tierra. Cuando preguntaron si esto significaba que el motor tenía problemas, la respuesta fue que el avión estaba volando bajo para evitar que lo detectara el radar de Egipto.
De aquí el Rab Wolbe extrajo una comparación: la Inclinación al mal no está interesada en «aviones que vuelan bajo», es decir, en las personas que realizan pequeños cambios. él sólo se alarma y se opone cuando la persona se embarca en un ataque total y frontal en su contra tratando de realizar un cambio rápido y drástico.
LA GRANDEZA DE CADA CAMBIO PEQUEñO
El Sfat Emet dice que mientras más grande es la persona, más reconoce la importancia de cada cambio pequeño. Es como yo digo: «un cambio pequeño no es pequeño cambio». A un nivel espiritual, esto responde a varias razones importantes:
1. En el mundo espiritual, no existe el «cambio pequeño». Cada nivel que se alcanza es completamente nuevo.
2. El plazo de recuperación es incalculable, incluso para un acto pequeño, porque la recompensa es eterna.
Sin embargo hay otra explicación más simple: Los grandes logros están compuestos de una sucesión de logros pequeños.
El Rab Mendel Kaplan, zt»l, dijo:
Cada minuto es valioso. El edificio Wrigley (una marca de chicles) de Chicago fue construido con las ganancias de la venta de millones de chicles que valen un centavo. De esto podemos aprender que cada cosa pequeña es valiosa.
Rab Noaj Orlowek
Gracias por permitir mi crecimiento,a través de sus informaciones ,que convertire en conocimiento.